Nueva Biblia Latinoamericana
Jehú entró en la casa de Baal con Jonadab, hijo de Recab; y dijo a los adoradores de Baal: "Busquen y vean que no haya aquí con ustedes ninguno de los siervos del SEÑOR, sino sólo los adoradores de Baal." (2 Reyes 10:23)
Entonces entraron a ofrecer sacrificios y holocaustos. Y Jehú había colocado ochenta hombres afuera, y había dicho: "El que permita escapar a uno de los hombres que yo ponga en manos de ustedes, dará su vida por la de él." (2 Reyes 10:24)
Tan pronto como acabó de ofrecer el holocausto, Jehú dijo a la guardia y a los oficiales reales: "Entren, mátenlos; que ninguno salga." Y los mataron a filo de espada; y la guardia y los oficiales reales los echaron fuera, y llegaron hasta el aposento interior de la casa de Baal. (2 Reyes 10:25)
Sacaron los pilares sagrados de la casa de Baal, y los quemaron.
También derribaron el pilar sagrado de Baal y demolieron la casa de Baal, y la convirtieron en una letrina, hasta hoy. (2 Reyes 10:27)
Así Jehú extirpó a Baal de Israel. (2 Reyes 10:28)
Sin embargo, en cuanto a los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, Jehú no se apartó de éstos, o sea, de los becerros de oro que estaban en Betel (Casa de Dios) y en Dan. (2 Reyes 10:29)

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2 Reyes 10:26 - Referencia Cruzada

Los Filisteos abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres se los llevaron. (2 Samuel 5:21)
Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como su padre y su madre, pues quitó el pilar sagrado de Baal que su padre había hecho. (2 Reyes 3:2)
Porque ellos también edificaron para sí lugares altos, pilares sagrados y Aseras en toda colina alta y bajo todo árbol frondoso. (1 Reyes 14:23)
y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los han destruido. (2 Reyes 19:18)