Nueva Biblia Latinoamericana
Salieron, pues, aquéllos de la ciudad, los jóvenes de los jefes de las provincias y el ejército que los seguía. (1 Reyes 20:19)
Y mató cada uno a su hombre; los Arameos huyeron e Israel los persiguió, y Ben Adad, rey de Aram, escapó a caballo con algunos jinetes. (1 Reyes 20:20)
El rey de Israel salió y atacó los caballos y los carros, y derrotó a los Arameos causándoles gran matanza. (1 Reyes 20:21)
Entonces el profeta se acercó al rey de Israel, y le dijo: "Vaya, fortalézcase, y entienda bien lo que tiene que hacer; porque a la vuelta del año el rey de Aram subirá contra usted."
Y los siervos del rey de Aram le dijeron: "Sus dioses son dioses de los montes, por eso fueron más fuertes que nosotros; mejor peleemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos? (1 Reyes 20:23)
Haga, pues, esto: quite a los reyes, cada uno de su puesto, y ponga capitanes en su lugar. (1 Reyes 20:24)
Aliste un ejército como el ejército que perdió, caballo por caballo y carro por carro. Entonces pelearemos contra ellos en la llanura, pues ¿no seremos más fuertes que ellos?" El escuchó su consejo y lo hizo así. (1 Reyes 20:25)

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1 Reyes 20:22 - Referencia Cruzada

El nombre del SEÑOR es torre fuerte, A ella corre el justo y está a salvo. (Proverbios 18:10)
Quebrántense, pueblos, que serán destrozados; Presten oído, confines todos de la tierra. Prepárense, que serán destrozados; Prepárense, que serán destrozados. (Isaías 8:9)
Yo soy el SEÑOR, ése es Mi nombre; Mi gloria a otro no daré, Ni Mi alabanza a imágenes talladas. (Isaías 42:8)
Oh SEÑOR, levantada está Tu mano, mas ellos no la ven. Que vean Tu celo por el pueblo y se avergüencen. Ciertamente el fuego devorará a Tus enemigos. (Isaías 26:11)
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. (Efesios 6:10)
Los proyectos con consejo se preparan, Y con dirección sabia se hace la guerra. (Proverbios 20:18)
Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. (Joel 3:9)
Y el profeta se fue y esperó al rey en el camino; se había disfrazado con una venda sobre los ojos. (1 Reyes 20:38)
Espera al SEÑOR; Esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR. (Salmos 27:14)
Amasías se fortaleció, y al frente de su pueblo fue al Valle de la Sal y mató a 10,000 de los hijos de Seir. (2 Crónicas 25:11)
Y un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: "Así dice el SEÑOR: '¿Has visto toda esta gran multitud? Hoy la entregaré en tu mano, y sabrás que Yo soy el SEÑOR.'" (1 Reyes 20:13)
Aconteció que en la primavera, en el tiempo cuando los reyes salen a la batalla, David envió a Joab y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los Amonitas y sitiaron a Rabá. Pero David permaneció en Jerusalén. (2 Samuel 11:1)
A la vuelta del año, Ben Adad alistó a los Arameos y subió a Afec para pelear contra Israel. (1 Reyes 20:26)
Y él respondió: "He tenido mucho celo por el SEÑOR, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela." (1 Reyes 19:10)
En la primavera, en el tiempo en que los reyes salen a la guerra, Joab sacó el ejército y devastó la tierra de los Amonitas, y fue y puso sitio a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y Joab hirió a Rabá y la destruyó. (1 Crónicas 20:1)
Y el rey de Israel dijo a Josafat: "Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al SEÑOR, pero lo aborrezco, porque no profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino lo malo. Es Micaías, hijo de Imla." Pero Josafat dijo: "No hable el rey así." (1 Reyes 22:8)
Y uno de sus siervos dijo: "No, rey señor mío, sino que Eliseo, el profeta que está en Israel, le dice al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu alcoba." (2 Reyes 6:12)
Pero si usted va, hágalo, esfuércese para la batalla; sin embargo Dios lo derribará delante del enemigo, porque Dios tiene poder para ayudar y para derribar." (2 Crónicas 25:8)
¿Por qué han de decir las naciones: ¿Dónde está ahora su Dios? (Salmos 115:2)