Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el rey dijo: "Esta dice: 'Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto'; y la otra dice: 'No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive.'" (1 Reyes 3:23)
Y el rey dijo: "Tráiganme una espada." Y trajeron una espada al rey. (1 Reyes 3:24)
Entonces el rey dijo: "Partan al niño vivo en dos, y den la mitad a una y la otra mitad a la otra." (1 Reyes 3:25)
Entonces la mujer de quien era el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: "Oh, mi señor, déle a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mate." Pero la otra decía: "No será ni mío ni tuyo; pártanlo."
Entonces el rey respondió: "Den el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo maten. Ella es la madre." (1 Reyes 3:27)
Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron (respetaron) al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia. (1 Reyes 3:28)
El rey Salomón fue rey sobre todo Israel, (1 Reyes 4:1)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 3:26":

Dr. Roberto Miranda
Agua de vida y agua de muerte
El pasaje de Segundo de Reyes capítulo tres nos habla de la complejidad del carácter del rey Josafat y la importancia de mantener una sana distancia del mundo para no dejar que el mundo coloree y determine nuestra forma de conducirnos.


Dr. Roberto Miranda
Autoridad espiritual
Artículo sobre la autoridad espiritual de la sunamita y la importancia del discernimiento espiritual en la relación íntima con Dios.


1 Reyes 3:26 - Referencia Cruzada

Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús. (Filipenses 1:8)
sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, (2 Timoteo 3:3)
¿No es Efraín Mi hijo amado? ¿No es un niño encantador? Pues siempre que hablo contra él, Lo recuerdo aún más. Por eso Mis entrañas se conmueven por él, Ciertamente tendré de él misericordia," declara el SEÑOR. (Jeremías 31:20)
sin entendimiento, indignos de confianza (desleales), sin amor, despiadados. (Romanos 1:31)
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, Sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvidara, Yo no te olvidaré. (Isaías 49:15)
Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, (Filipenses 2:1)
¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré Yo hacerte como a Adma? ¿Cómo podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de Mí, Se enciende toda Mi compasión. (Oseas 11:8)
José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó dónde llorar. Entró en su aposento y lloró allí. (Génesis 43:30)
Ardía mi corazón dentro de mí; Mientras meditaba, se encendió el fuego; Entonces dije con mi lengua: (Salmos 39:3)
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? (1 Juan 3:17)