Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando David llegó a su casa en Jerusalén, el rey tomó las diez mujeres, las concubinas que había dejado para guardar la casa, las puso bajo custodia y les dio alimento, pero no se llegó a ellas. Ellas estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, viviendo como viudas. (2 Samuel 20:3)
Entonces el rey dijo a Amasa: "Convócame a los hombres de Judá dentro de tres días, y tú también preséntate aquí." (2 Samuel 20:4)
Amasa fue para convocar a los hombres de Judá, pero tardó más que el tiempo que él le había señalado. (2 Samuel 20:5)
Y David dijo a Abisai: "Ahora Seba, hijo de Bicri, nos hará más daño que Absalón. Toma a los siervos de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos escape."
Entonces los hombres de Joab salieron tras él, junto con los Cereteos, los Peleteos y todos los hombres valientes; salieron de Jerusalén para perseguir a Seba, hijo de Bicri. (2 Samuel 20:7)
Estaban junto a la piedra grande que está en Gabaón, cuando Amasa vino a su encuentro. Joab estaba vestido con su ropa militar, y sobre ella llevaba un cinturón atado a la cintura con espada en la vaina y mientras avanzaba, se le cayó la espada. (2 Samuel 20:8)
Y Joab dijo a Amasa: "¿Te va bien, hermano mío?" Y Joab tomó a Amasa por la barba con su mano derecha para besarlo. (2 Samuel 20:9)

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2 Samuel 20:6 - Referencia Cruzada

Y envió David al pueblo: una tercera parte bajo el mando de Joab, otra tercera parte bajo el mando de Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y otra tercera parte bajo el mando de Itai el Geteo. Y el rey dijo al pueblo: "Ciertamente yo también saldré con ustedes." (2 Samuel 18:2)
Entonces habló David a Ahimelec el Hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab y les preguntó: "¿Quién descenderá conmigo a donde está Saúl en el campamento?" "Yo descenderé contigo," dijo Abisai. (1 Samuel 26:6)
Además Abisai, hijo de Sarvia, derrotó a 18,000 Edomitas en el Valle de la Sal. (1 Crónicas 18:12)
y el rey les dijo: "Tomen con ustedes a los siervos de su señor, hagan montar a mi hijo Salomón en mi propia mula y llévenlo a Gihón. (1 Reyes 1:33)
Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo. Que el SEÑOR pague al malhechor conforme a su maldad." (2 Samuel 3:39)
Urías respondió a David: "El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan a campo abierto. ¿He de ir yo a mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? Por su vida y la vida de su alma, que no haré tal cosa." (2 Samuel 11:11)
Viendo Joab que se le presentaba batalla por el frente y por la retaguardia, escogió de entre todos los mejores hombres de Israel, y los puso en orden de batalla contra los Arameos. (2 Samuel 10:9)
Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Y Asael era tan ligero de pies como una gacela del campo. (2 Samuel 2:18)
pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda, e hirió al Filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron: "Nunca más saldrá a la batalla con nosotros, para que no apague la lámpara de Israel." (2 Samuel 21:17)
Ahora pues, levántese, salga y hable bondadosamente a sus siervos, porque juro por el SEÑOR que si no sale, ciertamente ni un solo hombre pasará la noche con usted, y esto le será peor que todo el mal que ha venido sobre usted desde su juventud hasta ahora." (2 Samuel 19:7)
Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón. (2 Samuel 3:30)
Y Abisai, hermano de Joab, hijo de Sarvia, era jefe de los treinta. Y éste blandió su lanza contra 300 y los mató, y tuvo tanto renombre como los tres. (2 Samuel 23:18)
Y Abisai, hermano de Joab, era el primero de los treinta, y blandió su lanza contra 300 y los mató; y él tuvo tanto renombre como los tres. (1 Crónicas 11:20)
Cuando los Amonitas vieron que los Arameos huían, ellos también huyeron delante de Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Joab se volvió de pelear contra los Amonitas y vino a Jerusalén. (2 Samuel 10:14)
Respondió el hombre a Joab: "Aunque yo recibiera 1,000 monedas de plata en la mano, no extendería la mano contra el hijo del rey. Porque ante nuestros oídos el rey te ordenó a ti, a Abisai y a Itai: 'Protéjanme al joven Absalón.' (2 Samuel 18:12)