Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: "Por cuanto el SEÑOR ha oído que soy aborrecida, me ha dado también este hijo." Así que le puso por nombre Simeón (El que oye).
(Génesis 29:33)
Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Ahora esta vez mi marido se apegará a mí, porque le he dado tres hijos." Así que le puso por nombre Leví (Apegado).
(Génesis 29:34)
Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: "Esta vez alabaré al SEÑOR." Así que le puso por nombre Judá (Alabado). Y dejó de dar a luz.
(Génesis 29:35)
Pero viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y dijo a Jacob: "Dame hijos, o si no, me muero."
Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y dijo: "¿Estoy yo en lugar de Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre?"
(Génesis 30:2)
Y ella dijo: "Aquí está mi sierva Bilha. Llégate a ella para que dé a luz sobre mis rodillas, para que por medio de ella yo también tenga hijos."
(Génesis 30:3)
Raquel le dio a su sierva Bilha por mujer, y Jacob se llegó a ella.
(Génesis 30:4)
Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 30:1":
Génesis 30:1 - Referencia Cruzada
Después de esto, Job abrió su boca y maldijo el día de su nacimiento.
(Job 3:1)
Entonces salieron de Betel; y cuando aún faltaba cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel comenzó a dar a luz y tuvo mucha dificultad en su parto.
(Génesis 35:16)
envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
(Gálatas 5:21)
Vio el SEÑOR que Lea era aborrecida, y le concedió hijos. Pero Raquel era estéril.
(Génesis 29:31)
Porque el enojo mata al insensato, Y la ira da muerte al necio.
(Job 5:2)
He visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.
(Eclesiastés 4:4)
Pero Moisés le dijo: "¿Tienes celos por causa mía? ¡Ojalá todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR pusiera Su Espíritu sobre ellos!"
(Números 11:29)
Maldito el día en que nací; El día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.
(Jeremías 20:14)
Pues Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
(Juan 4:8)
Y si así me vas a tratar, Te ruego que me mates si he hallado gracia ante Tus ojos, y no me permitas ver mi desventura."
(Números 11:15)
Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo que se había dicho.
(Génesis 37:11)
Un corazón apacible es vida para el cuerpo, Pero las pasiones son podredumbre de los huesos.
(Proverbios 14:30)
¿Por qué no morí yo al nacer, O expiré al salir del vientre?
(Job 3:11)
Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.
(2 Corintios 7:10)
¿Quién discutirá conmigo? Porque entonces me callaría y moriría.
(Job 13:19)
Cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a Penina su mujer y a todos sus hijos e hijas;
(1 Samuel 1:4)
¿Por qué se da luz al que sufre, Y vida al amargado de alma;
(Job 3:20)
Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad.
(Santiago 3:14)
Cuando en el campamento tuvieron envidia de Moisés, Y de Aarón, el santo del SEÑOR,
(Salmos 106:16)
salió de Judea y se fue otra vez para Galilea.
(Juan 4:3)
porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo ?
(1 Corintios 3:3)
¿O piensan que la Escritura dice en vano: "Dios celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros?"
(Santiago 4:5)
y anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un arbusto (enebro); pidió morirse y dijo: "Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres."
(1 Reyes 19:4)
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.
(Tito 3:3)