Nueva Biblia Latinoamericana
Y sus hermanos le dijeron: "¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros?" Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras. (Génesis 37:8)
José tuvo también otro sueño, y se lo contó a sus hermanos, diciendo: "He tenido otro sueño; y el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí." (Génesis 37:9)
Cuando se lo contó a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: "¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti?" (Génesis 37:10)
Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo que se había dicho.
Después sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Siquem. (Génesis 37:12)
Israel dijo a José: "¿No están tus hermanos apacentando el rebaño en Siquem? Ven, y te voy a enviar a ellos." "Iré," le dijo José. (Génesis 37:13)
Entonces Israel le dijo: "Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño, y tráeme noticias de ellos." Lo envió, pues, desde el Valle de Hebrón, y José fue a Siquem. (Génesis 37:14)

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Dr. Roberto Miranda
Génesis 37 - La vida de José
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de soñar en el Señor y cómo Dios habla a su pueblo a través de sueños y visiones. También enfatiza la importancia de perseverar y trabajar duro para realizar los sueños y estar atentos a las oportunidades que Dios nos presenta en el camino.


Jonatán Toledo
José y su papa
En la historia bíblica de José, él era el hijo favorito de Jacob y sus hermanos lo odiaban por ello. José era obediente y amaba a Dios, y Dios habló con él a través de sueños. Los padres deben ser cuidadosos con el favoritismo en los niños, pero también deben celebrar y valorar las cosas buenas que hacen sus hijos en el camino de Dios. Debemos estar atentos al llamado de Dios en nuestras vidas y seguirlo con confianza y obediencia.


Génesis 37:11 - Referencia Cruzada

¿O piensan que la Escritura dice en vano: "Dios celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros?" (Santiago 4:5)
Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón." (Daniel 7:28)
Descendió con sus padres y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y Su madre atesoraba todas estas cosas (las palabras) en su corazón. (Lucas 2:51)
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. (Tito 3:3)
Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad. (Santiago 3:14)
Entonces se disipará la envidia de Efraín, Y los que hostigan a Judá serán exterminados. Efraín no envidiará a Judá, Ni Judá hostigará a Efraín. (Isaías 11:13)
Los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto. Pero Dios estaba con él, (Hechos 7:9)
Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. (Lucas 2:19)
Porque sabía que los principales sacerdotes Lo habían entregado por envidia. (Marcus 15:10)
envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:21)
Pero cuando los Judíos vieron la muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo decía. (Hechos 13:45)
y le dijo: "Entra, bendito del SEÑOR, ¿Por qué estás afuera? Yo he preparado la casa y un lugar para los camellos." (Génesis 24:31)
Cuando en el campamento tuvieron envidia de Moisés, Y de Aarón, el santo del SEÑOR, (Salmos 106:16)
He visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 4:4)
porque tenía rebaños de ovejas, vacas y mucha servidumbre, y los Filisteos le tenían envidia. (Génesis 26:14)
Oh SEÑOR, levantada está Tu mano, mas ellos no la ven. Que vean Tu celo por el pueblo y se avergüencen. Ciertamente el fuego devorará a Tus enemigos. (Isaías 26:11)
Porque él sabía que Lo habían entregado por envidia. (Mateo 27:18)