Nueva Biblia Latinoamericana
Urías respondió a David: "El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan a campo abierto. ¿He de ir yo a mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? Por su vida y la vida de su alma, que no haré tal cosa." (2 Samuel 11:11)
Entonces David dijo a Urías: "Quédate aquí hoy también, y mañana te dejaré ir." Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente. (2 Samuel 11:12)
Y David lo convidó a comer y a beber con él, y lo embriagó. Al anochecer Urías salió a acostarse en su cama con los siervos de su señor, pero no descendió a su casa. (2 Samuel 11:13)
A la mañana siguiente David escribió una carta a Joab, y la envió por mano de Urías.
En la carta había escrito: "Pongan a Urías al frente de la batalla más reñida y retírense de él, para que sea herido y muera." (2 Samuel 11:15)
Así que cuando Joab asediaba la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que había hombres valientes. (2 Samuel 11:16)
Y los hombres de la ciudad salieron y pelearon contra Joab, y algunos de los siervos de David cayeron, y murió también Urías el Hitita. (2 Samuel 11:17)

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2 Samuel 11:14 - Referencia Cruzada

Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
Tu lengua trama destrucción Como afilada navaja, oh artífice de engaño. (Salmos 52:2)
Más engañoso que todo, es el corazón, Y sin remedio; ¿Quién lo comprenderá? (Jeremías 17:9)
Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot. (1 Reyes 21:8)
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y también el juez, una recompensa, El grande habla de lo que desea su alma, Y juntos lo traman. (Miqueas 7:3)
Los hombres de baja condición sólo son vanidad, y los de alto rango son mentira; En la balanza suben, Todos juntos pesan menos que un soplo. (Salmos 62:9)
Guarda también a Tu siervo de pecados de soberbia; Que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro, Y seré absuelto de gran transgresión. (Salmos 19:13)