Nueva Biblia Latinoamericana
Ahimelec respondió al rey: "¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y se le honra en tu casa? (1 Samuel 22:14)
¿Acaso comencé hoy a consultar a Dios por él? Lejos esté esto de mí. No culpe el rey de nada a su siervo ni a ninguno de la casa de mi padre, porque su siervo no sabe nada de todo este asunto." (1 Samuel 22:15)
Pero el rey dijo: "Ciertamente morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre." (1 Samuel 22:16)
Y el rey dijo a los guardias que le asistían: "Vuélvanse y den muerte a los sacerdotes del SEÑOR, porque la mano de ellos también está con David, y porque sabían que él estaba huyendo y no me lo revelaron." Pero los siervos del rey no quisieron levantar la mano para atacar a los sacerdotes del SEÑOR.
Entonces el rey dijo a Doeg: "Vuélvete y ataca a los sacerdotes." Y Doeg el Edomita, se volvió y atacó a los sacerdotes, y mató aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían el efod de lino. (1 Samuel 22:18)
Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, la hirió a filo de espada, tanto a hombres como a mujeres, tanto a niños como a niños de pecho; también hirió a filo de espada bueyes, asnos y ovejas. (1 Samuel 22:19)
Pero un hijo de Ahimelec, hijo de Ahitob, llamado Abiatar, escapó y huyó tras David. (1 Samuel 22:20)

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1 Samuel 22:17 - Referencia Cruzada

Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo; así Jonatán supo que su padre había decidido matar a David. (1 Samuel 20:33)
Ahora pues, reflexione y mire lo que ha de hacer, porque el mal ya está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa, y él es un hombre tan indigno que nadie puede hablarle." (1 Samuel 25:17)
Aconteció después de esto que Absalón consiguió un carro y caballos, y cincuenta hombres que corrieran delante de él. (2 Samuel 15:1)
Y dijo: "Así será el proceder del rey que reinará sobre ustedes: tomará a sus hijos, los pondrá a su servicio en sus carros y entre su gente de a caballo, y correrán delante de sus carros reales. (1 Samuel 8:11)
Pero el pueblo dijo a Saúl: "¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido esta gran liberación en Israel? No sea así. Vive el SEÑOR que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él ha obrado con Dios en este día." Así el pueblo rescató a Jonatán, y no murió. (1 Samuel 14:45)
pues cuando Jezabel destruyó a los profetas del SEÑOR, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.) (1 Reyes 18:4)
Pero Pedro y Juan, les contestaron: "Ustedes mismos juzguen si es justo delante de Dios obedecer a ustedes en vez de obedecer a Dios. (Hechos 4:19)
Entretanto Adonías, hijo de Haguit, se ensalzaba diciendo: "Yo seré rey." Y preparó para sí carros, hombres de a caballo y cincuenta hombres que corrieran delante de él. (1 Reyes 1:5)
Pero las parteras temían (reverenciaban) a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron con vida a los niños. (Éxodo 1:17)
Tan pronto como acabó de ofrecer el holocausto, Jehú dijo a la guardia y a los oficiales reales: "Entren, mátenlos; que ninguno salga." Y los mataron a filo de espada; y la guardia y los oficiales reales los echaron fuera, y llegaron hasta el aposento interior de la casa de Baal. (2 Reyes 10:25)
Y le dijo Saúl: "¿Por qué tú y el hijo de Isaí han conspirado contra mí, dándole pan y una espada, y has consultado a Dios por él para que se rebelara contra mí, tendiéndome una emboscada como sucede hoy?" (1 Samuel 22:13)
De nuevo el rey le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole: "Hombre de Dios, le ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta siervos suyos sean de valor ante sus ojos. (2 Reyes 1:13)