Nueva Biblia Latinoamericana
Ahora bien, un día antes de la llegada de Saúl, el SEÑOR había revelado esto a Samuel: (1 Samuel 9:15)
Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, lo ungirás para que sea príncipe sobre Mi pueblo Israel, y él librará a Mi pueblo del dominio de los Filisteos. Porque Yo he visto la aflicción de Mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta Mí." (1 Samuel 9:16)
Cuando Samuel vio a Saúl, el SEÑOR le dijo: "Este es el hombre de quien te hablé. El gobernará a Mi pueblo." (1 Samuel 9:17)
Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y le dijo: "Le ruego que me enseñe dónde está la casa del vidente."
Respondió Samuel a Saúl: "Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, pues hoy comerás conmigo, y por la mañana te dejaré ir y te declararé todo lo que está en tu corazón. (1 Samuel 9:19)
En cuanto a tus asnas que se perdieron hace tres días, no te preocupes por ellas pues han sido halladas. Y ¿para quién es todo lo deseable en Israel? ¿No es para ti y para toda la casa de tu padre?" (1 Samuel 9:20)
Saúl respondió: "¿No soy yo Benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel, y no es mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me habla de esta manera?" (1 Samuel 9:21)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Samuel 9:18":

Isaías Rivera
El poder sagrado de un corazón
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de escuchar la voz de Dios y cómo el personaje bíblico Samuel aprendió a hacerlo. El pastor reta a la congregación a dedicar una semana de oración y ayuno para escuchar la voz de Dios y descubrir su plan para sus vidas.


Dr. Roberto Miranda
Obedecer es mejor que los sacrificios
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de la obediencia y la integridad en nuestra vida cristiana, basado en el libro de Samuel y el pasaje de 1 Samuel 15:22-23. Se enfatiza que la desobediencia trae consecuencias funestas y que debemos caminar rectamente delante de Dios.


1 Samuel 9:18 - Referencia Cruzada