Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Saúl dijo a su criado: "Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?" (1 Samuel 9:7)
Y el criado volvió a responder a Saúl: "Aquí tengo la cuarta parte de un siclo (unos tres gramos) de plata; se lo daré al hombre de Dios, y él nos indicará nuestro camino." (1 Samuel 9:8)
(Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: "Vengan, vamos al vidente;" porque al que hoy se le llama profeta, antes se le llamaba vidente.) (1 Samuel 9:9)
Entonces Saúl dijo a su criado: "Bien dicho; anda, vamos." Y fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.
Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les preguntaron: "¿Está aquí el vidente?" (1 Samuel 9:11)
Y ellas les respondieron: "Sí, él va delante de ustedes. Apresúrense ahora, pues ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto. (1 Samuel 9:12)
Cuando entren en la ciudad lo encontrarán antes que suba al lugar alto a comer, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él tiene que bendecir el sacrificio; después comerán los convidados. Suban ahora, que lo encontrarán enseguida." (1 Samuel 9:13)

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1 Samuel 9:10 - Referencia Cruzada

Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: "Padre mío, si el profeta le hubiera dicho que hiciera alguna gran cosa, ¿no la hubiera hecho? ¡Cuánto más cuando le dice a usted: 'Lávese, y quedará limpio'!" (2 Reyes 5:13)