que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
(Tito 3:6)para que justificados por Su gracia fuéramos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
(Tito 3:7)Palabra fiel es ésta ; y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza (confianza), para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres.
(Tito 3:8)Pero evita controversias necias, genealogías, contiendas y discusiones acerca de la Ley, porque son sin provecho y sin valor.
Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, recházalo,
(Tito 3:10)sabiendo que el tal es perverso y está pecando, habiéndose condenado a sí mismo.
(Tito 3:11)Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a verme en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
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Tito 3:9 - Referencia Cruzada
Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad.
(1 Timoteo 4:7)¿Debe argumentar con razones inútiles O con palabras sin provecho?
(Job 15:3)Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
(1 Corintios 13:2)Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Efeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas,
(1 Timoteo 1:3)Pero rechaza los razonamientos necios e ignorantes, sabiendo que producen altercados (peleas).
(2 Timoteo 2:23)y no presten atención a mitos Judaicos y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
(Tito 1:14)Recuérdales esto, encargándoles solemnemente en la presencia de Dios, que no discutan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha y lleva a los oyentes a la ruina.
(2 Timoteo 2:14)Evita las palabrerías vacías y profanas, porque los dados a ellas, conducirán más y más a la impiedad,
(2 Timoteo 2:16)En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
(1 Corintios 8:1)