Nueva Biblia Latinoamericana
Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos, (1 Timoteo 1:9)
para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, (1 Timoteo 1:10)
según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado. (1 Timoteo 1:11)
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,
aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. (1 Timoteo 1:13)
Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús. (1 Timoteo 1:14)
Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. (1 Timoteo 1:15)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Timoteo 1:12":

Dr. Roberto Miranda
Justificado por fe sin las obras de la ley
El pasaje de Romanos 3 habla sobre la incapacidad del hombre para salvarse a sí mismo y la necesidad de la gracia y la fe en Cristo Jesús para ser salvado. El pastor enfatiza la importancia de la gratitud hacia Dios y la misericordia hacia los demás, y se ofrece a orar por aquellos que aún no han aceptado a Jesús como su salvador.


Dr. Roberto Miranda
Un Dios justo da castigo y recompensa
Un artículo sobre el amor de Dios y su sistema de recompensa y castigo, y la responsabilidad de la iglesia de advertir a la gente sobre el juicio venidero y compartir las buenas nuevas de salvación.


1 Timoteo 1:12 - Referencia Cruzada

No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios, (2 Corintios 3:5)
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. (1 Corintios 15:10)
Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó: "Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan a mi casa y quédense en ella." Y nos persuadió a ir. (Hechos 16:15)
Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los Judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo (el Mesías). (Hechos 9:22)
Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció, a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación del mensaje y que todos los Gentiles oyeran. Y fui librado de la boca del león. (2 Timoteo 4:17)
Pero el Señor le dijo: "Ve, porque él es Mi instrumento escogido, para llevar Mi nombre en presencia de los Gentiles, de los reyes y de los Israelitas; (Hechos 9:15)
y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:11)
según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado. (1 Timoteo 1:11)
Clamaban a gran voz: "La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero." (Apocalipsis 7:10)
Y El me ha dicho: "Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad." Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (2 Corintios 12:9)
para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que Lo envió. (Juan 5:23)
De esta iglesia fui hecho ministro conforme a la administración de Dios que me fue dada para beneficio de ustedes, a fin de llevar a cabo la predicación de la palabra de Dios, (Colosenses 1:25)
Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: "Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste (redimiste) para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. (Apocalipsis 5:9)
En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza. (1 Corintios 7:25)
Por tanto, puesto que tenemos este ministerio, según hemos recibido misericordia, no desfallecemos. (2 Corintios 4:1)
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)