Nueva Biblia Latinoamericana
y le dijo a Aarón: "Toma un becerro para la ofrenda por el pecado, y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, y ofrécelos delante del SEÑOR. (Levítico 9:2)
Luego hablarás a los Israelitas: 'Tomen un macho cabrío para la ofrenda por el pecado, y un becerro y un cordero, ambos de un año, sin defecto, para el holocausto, (Levítico 9:3)
y un buey y un carnero para las ofrendas de paz, para sacrificar delante del SEÑOR, y una ofrenda de cereal mezclado con aceite; porque hoy el SEÑOR se aparecerá a ustedes.'" (Levítico 9:4)
Llevaron, pues, al frente de la tienda de reunión lo que Moisés había ordenado, y toda la congregación se acercó y permaneció de pie delante del SEÑOR.
Y Moisés dijo: "Esto es lo que el SEÑOR ha mandado que hagan, para que la gloria del SEÑOR se aparezca a ustedes." (Levítico 9:6)
Entonces Moisés dijo a Aarón: "Acércate al altar y presenta tu ofrenda por el pecado y tu holocausto, para que hagas expiación por ti mismo y por el pueblo; luego presenta la ofrenda por el pueblo, para que puedas hacer expiación por ellos, tal como el SEÑOR ha ordenado." (Levítico 9:7)
Se acercó, pues, Aarón al altar y degolló el becerro de la ofrenda por el pecado que era por sí mismo. (Levítico 9:8)

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Levítico 9:5 - Referencia Cruzada

David congregó a todo Israel en Jerusalén para subir el arca del SEÑOR al lugar que había preparado para ella. (1 Crónicas 15:3)
Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los principales de las casas paternas de los Israelitas, para subir el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, la cual es Sion. (2 Crónicas 5:2)
Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. (Éxodo 19:17)
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que estaba delante de la Puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel. (Nehemías 8:1)
Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al extranjero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 31:12)