Nueva Biblia Latinoamericana
Moisés escribió esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, y a todos los ancianos de Israel. (Deuteronomio 31:9)
Entonces Moisés les ordenó: "Al fin de cada siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudas, en la Fiesta de los Tabernáculos, (Deuteronomio 31:10)
cuando todo Israel venga a presentarse delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja, leerás esta ley delante de todo Israel, a oídos de ellos. (Deuteronomio 31:11)
Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al extranjero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley.
Y sus hijos, que no la conocen, la oirán y aprenderán a temer al SEÑOR su Dios, mientras vivan en la tierra adonde ustedes van, cruzando al otro lado del Jordán para poseerla." (Deuteronomio 31:13)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "El tiempo de tu muerte está cerca; llama a Josué y preséntense en la tienda de reunión para que Yo le dé mis órdenes." Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión. (Deuteronomio 31:14)
El SEÑOR se apareció en la tienda en una columna de nube, y la columna de nube se puso a la entrada de la tienda. (Deuteronomio 31:15)

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Deuteronomio 31:12 - Referencia Cruzada

Recuerda el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: 'Reúneme el pueblo para que Yo les haga oír Mis palabras, a fin de que aprendan a temerme (reverenciarme) todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos.' (Deuteronomio 4:10)
Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (2 Timoteo 3:15)
Vengan, hijos, escúchenme; Les enseñaré el temor del SEÑOR. (Salmos 34:11)
Mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, una gran asamblea de Israel, hombres, mujeres y niños se juntó a él; y el pueblo lloraba amargamente. (Esdras 10:1)
Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. (Deuteronomio 6:6)
Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí! (Juan 5:39)
La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. (Salmos 19:7)
Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29)