Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésta es nuestra madre. (Gálatas 4:26)

Porque escrito está: "REGOCIJATE, OH ESTERIL, LA QUE NO CONCIBES; PRORRUMPE Y CLAMA, TU QUE NO TIENES DOLORES DE PARTO, PORQUE MAS SON LOS HIJOS DE LA DESOLADA, QUE DE LA QUE TIENE MARIDO." (Gálatas 4:27)

Y ustedes, hermanos, como Isaac, son hijos de la promesa. (Gálatas 4:28)

Pero así como entonces el que nació según la carne persiguió al que nació según el Espíritu, así también sucede ahora.

Pero, ¿qué dice la Escritura? "ECHA FUERA A LA SIERVA Y A SU HIJO, PUES EL HIJO DE LA SIERVA NO SERA HEREDERO CON EL HIJO DE LA LIBRE." (Gálatas 4:30)

Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre. (Gálatas 4:31)

Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud. (Gálatas 5:1)

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Gálatas 4:29 - Referencia Cruzada

Jesús respondió: "En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3:5)

Por una parte, siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros de los que eran tratados así. (Hebreos 10:33)

Pero yo, hermanos, si todavía predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido aún? En tal caso, el escándalo de la cruz ha sido quitado. (Gálatas 5:11)

Como el Padre Me ha amado, así también Yo los he amado; permanezcan en Mi amor. (Juan 15:9)

Pero el hijo de la sierva nació según la carne, y el hijo de la libre por medio de la promesa. (Gálatas 4:23)

Pero Sara vio al hijo que Agar la Egipcia le había dado a Abraham burlándose de su hijo Isaac. (Génesis 21:9)

Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1)

Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne (del cuerpo), vivirán. (Romanos 8:13)

Pues ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también ustedes padecieron los mismos sufrimientos a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos padecieron a manos de los Judíos. (1 Tesalonicenses 2:14)

Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas. A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, (Mateo 23:34)

Los que desean agradar en la carne tratan de obligarlos a que se circunciden, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. (Gálatas 6:12)