que también ustedes estén en sujeción a los que son como ellos, y a todo el que ayuda y trabaja en la obra. (1 Corintios 16:16)

Y me regocijo por la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido lo que faltaba de parte de ustedes. (1 Corintios 16:17)

Porque ellos han recreado mi espíritu y el de ustedes. Por tanto, reconozcan a tales personas. (1 Corintios 16:18)

Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor.

Todos los hermanos los saludan. Salúdense los unos a los otros con un beso santo. (1 Corintios 16:20)

Este saludo es de mi puño y letra. Pablo. (1 Corintios 16:21)

Si alguien no ama al Señor, que sea anatema (maldito). ¡Maranata! (¡El Señor viene!) (1 Corintios 16:22)

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El Apóstol Pablo habla sobre cómo manejar la diversidad en nuestras congregaciones y cómo debemos tratarnos unos a otros cuando hay diferencias de opinión acerca de cosas que consideramos importantes. Debemos aprender a tolerarnos y respetarnos en nuestra diversidad, y no menospreciarnos, juzgarnos o ridiculizarnos unos a otros. Debemos estar conscientes de que somos parte de un cuerpo y que tenemos que respetar el espacio unos de los otros. Además, la conciencia de que no somos dueños de nuestros hermanos, sino que pertenecen al Señor, nos ayuda a no juzgarlos y a respetar su proceso con Dios. Como congregación, debemos trabajar hacia la unidad y no pelear por nuestras opiniones.

1 Corintios 16:19 - Referencia Cruzada

Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, y con él iban Priscila y Aquila. Y en Cencrea se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto. (Hechos 18:18)

Y comenzó a hablar abiertamente en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Aquila lo oyeron, lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios. (Hechos 18:26)

Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos. (Hechos 19:10)

Saluda a Prisca (Priscila) y a Aquila, y a la casa de Onesíforo. (2 Timoteo 4:19)

y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de lucha, y a la iglesia que está en tu casa: (Filemón 1:2)

Saluden a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, (Romanos 16:3)

que decía: "Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea." (Apocalipsis 1:11)

Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos (1 Pedro 1:1)

Allí se encontró con un Judío que se llamaba Aquila, natural del Ponto, quien acababa de llegar de Italia con Priscila su mujer, pues el emperador Claudio había ordenado a todos los Judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos, (Hechos 18:2)

Saluden a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpas, y a todos los santos que están con ellos. (Romanos 16:15)

Saluden a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. (Colosenses 4:15)