Nueva Biblia Latinoamericana
A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos: Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo (se da a conocer) se habla de su fe. (Romanos 1:8)
Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio de Su Hijo, me es testigo de cómo sin cesar hago mención de ustedes (Romanos 1:9)
siempre en mis oraciones, implorando que ahora, al fin, por la voluntad de Dios, logre ir a ustedes.
Porque anhelo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean confirmados; (Romanos 1:11)
es decir, para que cuando esté entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía. (Romanos 1:12)
Y no quiero que ignoren, hermanos, que con frecuencia he hecho planes para ir a visitarlos, pero hasta ahora me he visto impedido, a fin de obtener algún fruto también entre ustedes, así como entre los demás Gentiles. (Romanos 1:13)

Otras publicaciones relacionadas con "Romanos 1:10":

Andrés Cisterna
Me seréis testigos
El mensaje principal del sermón es que la iglesia debe ser portadora de las buenas noticias del Evangelio y tener hambre por predicar el mensaje de salvación de Jesucristo. El orador anima a los oyentes a ser embajadores de Cristo, testigos poderosos y fieles representantes de los valores del Reino.


Dr. Roberto Miranda
Dios nos trata en una forma preferencial
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda nos recuerda que, a pesar de ser siervos inútiles, en Cristo Jesús somos tratados como hijos y amigos de Dios, miembros fidedignos del Reino de Dios, y podemos acercarnos confiadamente al Trono de la Gracia.


Romanos 1:10 - Referencia Cruzada

Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por mí, (Romanos 15:30)
Pero iré a verlos pronto, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de los arrogantes sino el poder que tienen. (1 Corintios 4:19)
sino que se despidió de ellos, diciendo: "Volveré a ustedes otra vez, si Dios quiere." Y embarcándose, se fue de Efeso. (Hechos 18:21)
Cuando se decidió que deberíamos embarcarnos para Italia, fueron entregados Pablo y algunos otros presos a un centurión de la compañía (tropa) Augusta, llamado Julio. (Hechos 27:1)
Por esta razón muchas veces me he visto impedido de ir a ustedes. (Romanos 15:22)
Es más, les exhorto a hacer esto, a fin de que yo les sea restituido muy pronto. (Hebreos 13:19)
Ya que queríamos ir a ustedes, al menos yo, Pablo, más de una vez; pero Satanás nos lo ha impedido. (1 Tesalonicenses 2:18)
Y al mismo tiempo, prepárame también alojamiento, pues espero que por las oraciones de ustedes les seré concedido. (Filemón 1:22)
Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: "Después que haya estado allí, debo visitar también Roma." (Hechos 19:21)
Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndonos: " Que se haga la voluntad del Señor." (Hechos 21:14)
Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. (Filipenses 4:6)
según oramos intensamente de noche y de día que podamos ver el rostro de ustedes y que completemos lo que falta a su fe? (1 Tesalonicenses 3:10)
Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. (Santiago 4:15)