Los que estaban conmigo vieron la luz, ciertamente, pero no comprendieron la voz de Aquél que me hablaba.
(Hechos 22:9)Y yo dije: '¿Qué debo hacer, Señor?' Y el Señor me dijo: 'Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas.'
(Hechos 22:10)Pero como yo no veía por causa del resplandor (de la gloria) de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano y entré a Damasco.
(Hechos 22:11)Y uno llamado Ananías, hombre piadoso según las normas de la Ley, y de quien daban buen testimonio todos los Judíos que vivían allí,
vino a mí, y poniéndose a mi lado, me dijo: 'Hermano Saulo, recibe la vista.' En ese mismo instante alcé los ojos y lo miré.
(Hechos 22:13)Y él dijo: 'El Dios de nuestros padres (antepasados) te ha designado para que conozcas Su voluntad, y para que veas al Justo y oigas palabra de Su boca.
(Hechos 22:14)Porque tú serás testigo Suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído.
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Hechos 22:12 - Referencia Cruzada
Demetrio tiene (ha recibido) buen testimonio de parte de todos y de parte de la verdad misma. También nosotros damos testimonio y tú sabes que nuestro testimonio es verdadero.
(3 Juan 1:12)Y ellos dijeron: "A Cornelio el centurión (un capitán Romano), un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los Judíos, le fue ordenado (revelado) por un santo ángel que hiciera venir a usted a su casa para oír sus palabras."
(Hechos 10:22)Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión: "Ananías." "Aquí estoy, Señor," contestó él.
(Hechos 9:10)Algunos de ellos creyeron, y se unieron a Pablo y a Silas, junto con una gran multitud de Griegos temerosos de Dios y muchas de las mujeres principales.
(Hechos 17:4)Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia , para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo.
(1 Timoteo 3:7)Por tanto, hermanos, escojan de entre ustedes siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea.
(Hechos 6:3)Algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban y lloraron a gran voz por él.
(Hechos 8:2)en honra y en deshonra, en mala fama y en buena fama; como impostores, pero veraces.
(2 Corintios 6:8)Porque por ella recibieron aprobación (testimonio) los antiguos (antepasados).
(Hebreos 11:2)Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.
(Lucas 2:25)