Nueva Biblia Latinoamericana
Tan pronto como ella lo oyó, se levantó rápidamente y fue hacia El. (Juan 11:29)
Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta Lo había encontrado. (Juan 11:30)
Entonces los Judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. (Juan 11:31)
Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando Lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto."
Y cuando Jesús la vio llorando, y a los Judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció. (Juan 11:33)
¿Dónde lo pusieron?" preguntó Jesús. "Señor, ven y ve," Le dijeron. (Juan 11:34)
Jesús lloró. (Juan 11:35)

Otras publicaciones relacionadas con "Juan 11:32":

Dr. Roberto Miranda
Palabras de esperanza en medio de la crisis
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda habla sobre la importancia de tener palabras de fe y esperanza en Dios en medio de la crisis, en lugar de entrar en un lenguaje negativo. También destaca el poder de las palabras y cómo éstas pueden influir en nuestra situación.


Dr. Roberto Miranda
Cuando el Señor se toma más tiempo de lo que nosotros esperamos
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda reflexiona sobre cómo Dios responde a nuestras oraciones y cómo debemos confiar en su soberanía y amor, incluso cuando parece que no está respondiendo. Utiliza la historia de Lázaro como ejemplo de cómo a veces lo que creemos que es una pérdida puede ser el escenario necesario para un gran milagro y para la gloria de Dios.


Juan 11:32 - Referencia Cruzada

Pero algunos de ellos dijeron: "¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaro muriera?" (Juan 11:37)
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. (Apocalipsis 5:8)
Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: "¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!" (Lucas 5:8)
El oficial del rey Le dijo: "Señor, baja antes de que mi hijo muera." (Juan 4:49)
Entonces llegó un hombre llamado Jairo, que era un oficial de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, Le rogaba que entrara a su casa; (Lucas 8:41)
Los cuatro seres vivientes decían: "Amén," y los ancianos se postraron y adoraron. (Apocalipsis 5:14)
Cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y Le dio gracias; y éste era Samaritano. (Lucas 17:16)
Y Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. (Juan 11:21)
Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas. (Apocalipsis 22:8)