Entonces Le decían: "¿Dónde está Tu Padre?" "Ustedes no Me conocen a Mí ni a Mi Padre," les respondió Jesús. "Si Me conocieran, conocerían también a Mi Padre."
(Juan 8:19)Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora.
(Juan 8:20)Entonces Jesús les dijo de nuevo: "Yo me voy, y Me buscarán, y ustedes morirán en su pecado; adonde Yo voy, ustedes no pueden ir."
(Juan 8:21)Por eso los Judíos decían: "¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: 'Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir'?"
Y Jesús les decía: "Ustedes son de abajo, Yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo.
(Juan 8:23)Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo soy, morirán en sus pecados."
(Juan 8:24)¿Tú quién eres?" Le preguntaron. Jesús les contestó: "¿Qué les he estado diciendo desde el principio?
(Juan 8:25)Otras publicaciones relacionadas con "Juan 8:22":
Juan 8:22 - Referencia Cruzada
Nuestra alma está cansada Del escarnio de los que están en holgura Y del desprecio de los soberbios.
(Salmos 123:4)Pero yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
(Salmos 22:6)Consideren, pues, a Aquél que soportó tal hostilidad de los pecadores contra El mismo, para que no se cansen ni se desanimen en su corazón.
(Hebreos 12:3)Decían entonces los Judíos entre sí: "¿Adónde piensa irse Este que no Lo podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los Griegos y enseñar a los Griegos?
(Juan 7:35)Los Judíos Le dijeron: "Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas, y Tú dices: 'Si alguien guarda Mi palabra no probará jamás la muerte.'
(Juan 8:52)Los Judíos Le contestaron: "¿No decimos con razón que Tú eres Samaritano y que tienes un demonio?"
(Juan 8:48)Y muchos de ellos decían: "Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué Le hacen caso?"
(Juan 10:20)Así pues, salgamos a Su encuentro fuera del campamento, llevando Su oprobio.
(Hebreos 13:13)Enmudezcan los labios mentirosos, Porque hablan arrogantes contra el justo Con soberbia y desprecio.
(Salmos 31:18)La multitud contestó: "¡Tienes un demonio! ¿Quién Te quiere matar?"
(Juan 7:20)