al eclipsarse el sol. El velo del templo se rasgó en dos.
(Lucas 23:45)Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: "Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU." Habiendo dicho esto, expiró.
(Lucas 23:46)Al ver el centurión lo que había sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: "Ciertamente, este hombre era inocente (justo)."
(Lucas 23:47)Todas las multitudes que se habían reunido para presenciar este espectáculo, al observar lo que había acontecido, se volvieron golpeándose el pecho.
Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que Lo habían acompañado desde Galilea, estaban a cierta distancia viendo estas cosas.
(Lucas 23:49)Había un hombre llamado José, miembro del Concilio (Sanedrín), varón bueno y justo,
(Lucas 23:50)el cual no había estado de acuerdo con el plan y el proceder de los demás, que era de Arimatea, ciudad de los Judíos, y que esperaba el reino de Dios.
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Lucas 23:48 - Referencia Cruzada
Porque después que me aparté, me arrepentí, Y después que comprendí, me di golpes en el muslo; Me avergoncé y también me humillé, Porque llevaba el oprobio de mi juventud.'
(Jeremías 31:19)Al oír esto, conmovidos profundamente, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: "Hermanos, ¿qué haremos?"
(Hechos 2:37)Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 'Dios, ten piedad de mí, pecador.'
(Lucas 18:13)