Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pero temían al pueblo.
(Lucas 22:2)Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que pertenecía al número de los doce apóstoles.
(Lucas 22:3)Y él fue y discutió con los principales sacerdotes y con los oficiales sobre cómo entregarles a Jesús.
(Lucas 22:4)Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero.
El aceptó, y buscaba una oportunidad para entregar a Jesús sin hacer un escándalo.
(Lucas 22:6)Llegó el día de la Fiesta de los Panes sin Levadura en que debía sacrificarse el cordero de la Pascua.
(Lucas 22:7)Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: "Vayan y preparen la Pascua para nosotros, para que la comamos."
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Lucas 22:5 - Referencia Cruzada
Entonces Judas, el que Lo había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos de plata) a los principales sacerdotes y a los ancianos,
(Mateo 27:3)¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y por ganar dinero se lanzaron al error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré.
(Judas 1:11)Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
(1 Timoteo 6:9)Y les dije: "Si les parece bien, denme mi paga; y si no, déjenla." Y pesaron como mi salario treinta monedas de plata.
(Zacarías 11:12)Abandonando el camino recto, se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, quien amó el pago de la iniquidad,
(2 Pedro 2:15)Entonces Pedro le contestó: "Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero.
(Hechos 8:20)En su avaricia los explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.
(2 Pedro 2:3)y les dijo: "¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús?" Y ellos le pesaron treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos).
(Mateo 26:15)Este, pues, con el precio de su terrible infamia (iniquidad) adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron.
(Hechos 1:18)