Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando El los vio, les dijo: "Vayan y muéstrense a los sacerdotes." Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios. (Lucas 17:14)
Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. (Lucas 17:15)
Cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y Le dio gracias; y éste era Samaritano. (Lucas 17:16)
Jesús le preguntó: "¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están?
¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?" (Lucas 17:18)
Entonces le dijo: "Levántate y vete; tu fe te ha sanado." (Lucas 17:19)
Habiendo preguntado los Fariseos a Jesús cuándo vendría el reino de Dios, El les respondió: "El reino de Dios no viene con señales visibles, (Lucas 17:20)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 17:17":

Omar Soto
Completa la obra, Señor!
Reflexión sobre la importancia de tener un corazón agradecido y enfocado en la gratitud en lugar de solo en las propias necesidades, a través de la historia de los diez leprosos sanados por Jesús.


Samuel Acevedo
Un corazón de gratitud
Reflexión sobre la historia de los diez leprosos sanados por Jesús y la importancia de la gratitud y la adoración en nuestra relación con Dios.


Dr. Roberto Miranda
Los requisitos del milagro
En este artículo, el autor reflexiona sobre el primer milagro formal registrado en la Biblia después de la ascensión de Cristo, donde Pedro y Juan sanan a un paralítico en el templo en el nombre de Jesús. Se enfatiza la importancia de cultivar la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, poner la fe en Jesucristo y no en los hombres o iglesias, y la necesidad de una iglesia activa y evangelística para atraer a otros a Cristo. El autor también reflexiona sobre el concepto de la restauración de todas las cosas y cómo esto puede ser una señal de que aún queda mucho trabajo por hacer en la tierra antes de que Cristo regrese.


Lucas 17:17 - Referencia Cruzada

Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?" (Génesis 3:9)
Pues aunque conocían a Dios, no Lo honraron (no Lo glorificaron) como a Dios ni Le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. (Romanos 1:21)
Pero como insistían en preguntar, Jesús se enderezó y les dijo: "El que de ustedes esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra." (Juan 8:7)
Pero pronto se olvidaron de Sus obras; No esperaron Su consejo. (Salmos 106:13)