Nueva Biblia Latinoamericana
y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu hace que caiga con convulsiones, echando espumarajos; y cuando lo estropea, a duras penas se aparta de él. (Lucas 9:39)
Entonces rogué a Tus discípulos que echaran fuera ese espíritu, y no pudieron." (Lucas 9:40)
Jesús les respondió: "¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con ustedes y he de soportarlos? Trae acá a tu hijo." (Lucas 9:41)
Cuando éste se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre.
Y todos estaban admirados de la grandeza (majestad) de Dios. Mientras todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, Jesús dijo a Sus discípulos: (Lucas 9:43)
Hagan que estas palabras penetren en sus oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres." (Lucas 9:44)
Pero ellos no entendían estas palabras, y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntar a Jesús acerca de ellas. (Lucas 9:45)

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En Marcos 9, Jesús encuentra a sus discípulos lidiando con un demonio que no pudieron expulsar. A pesar de haber sido autorizados por Jesús para hacerlo, estaban impotentes. Jesús confronta a la multitud incrédula y a los escribas, que representan el mundo incrédulo que critica a la iglesia. La palabra de Dios nos permite ver esta escena para aprender de ella. El poder de Dios fluye a través de un filtro llamado la fe, y si ese filtro no está limpio, ese poder no se transferirá a nuestras vidas y a nuestra realidad. La llave para el flujo del poder de Dios es la fe. El Señor diagnostica a la generación como incrédula, lo que obstaculiza el flujo del poder de Dios.


Lucas 9:42 - Referencia Cruzada

El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. (Lucas 7:15)
Eliseo llamó a Giezi y le dijo: "Llama a la Sunamita." Y él la llamó. Cuando ella vino a Eliseo, él le dijo: "Toma a tu hijo." (2 Reyes 4:36)
Y Elías tomó al niño, lo bajó de la cámara alta a la casa y se lo dio a su madre; y Elías dijo: "Mira, tu hijo vive." (1 Reyes 17:23)
y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu hace que caiga con convulsiones, echando espumarajos; y cuando lo estropea, a duras penas se aparta de él. (Lucas 9:39)
Después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, el espíritu salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: "¡Está muerto!" (Marcus 9:26)
Y lo llevaron ante El. Cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos. (Marcus 9:20)
Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones al hombre, gritó a gran voz y salió de él. (Marcus 1:26)
Por lo cual regocíjense, cielos y los que moran en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a ustedes con gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo." (Apocalipsis 12:12)
El le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos (los creyentes) y a las viudas, la presentó viva. (Hechos 9:41)