Nueva Biblia Latinoamericana
y sin parábolas no les hablaba, pero lo explicaba todo en privado a Sus propios discípulos. (Marcus 4:34)
Ese mismo día, caída ya la tarde, Jesús les dijo: "Pasemos al otro lado." (Marcus 4:35)
Despidiendo a la multitud, Lo llevaron con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El. (Marcus 4:36)
Pero se levantó una violenta tempestad, y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya la barca se llenaba de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces Lo despertaron y Le dijeron: "Maestro, ¿no Te importa que perezcamos?" (Marcus 4:38)
Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Cálmate (Calla), sosiégate (enmudece)!" Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. (Marcus 4:39)
Entonces les dijo: "¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe?" (Marcus 4:40)

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Marcus 4:37 - Referencia Cruzada

Los que descienden al mar en naves Y hacen negocio sobre las grandes aguas, (Salmos 107:23)
Cuando entró Jesús en la barca, Sus discípulos Lo siguieron. (Mateo 8:23)
Pero el SEÑOR desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse. (Jonás 1:4)
Entonces el SEÑOR dijo a Satanás: "Todo lo que él tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él." Y Satanás salió de la presencia del SEÑOR. (Job 1:12)
Pero chocando contra un escollo donde se encuentran dos corrientes, encallaron la nave; la proa se clavó y quedó inmóvil, pero la popa se rompía por la fuerza de las olas. (Hechos 27:41)
Uno de aquellos días, Jesús entró en una barca con Sus discípulos, y les dijo: "Pasemos al otro lado del lago." Y se hicieron a la mar. (Lucas 8:22)
Pero no mucho después, desde tierra comenzó a soplar un viento huracanado que se llama Euroclidón (viento del nordeste), (Hechos 27:14)
Tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo. (2 Corintios 11:25)
y entonces vino un gran viento del otro lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y ésta cayó sobre los jóvenes y murieron; sólo yo escapé para contárselo a usted." (Job 1:19)