También les dijo: "¿No entienden esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderán todas las otras parábolas?
(Marcus 4:13)Estos que están junto al camino donde se siembra la palabra, son aquéllos que en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos.
(Marcus 4:15)Y de igual manera, éstos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo;
pero no tienen raíz profunda en sí mismos, sino que sólo son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se apartan de ella.
(Marcus 4:17)Otros son aquéllos en los que se sembró la semilla entre los espinos; éstos son los que han oído la palabra,
(Marcus 4:18)pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.
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Marcus 4:16 - Referencia Cruzada
Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero,
(Hechos 8:18)Y vienen a ti como viene el pueblo, y se sientan delante de ti como pueblo Mío, oyen tus palabras y no las cumplen sino que siguen los deseos sensuales expresados por su boca, y sus corazones andan tras sus ganancias.
(Ezequiel 33:31)Aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero no tienen raíz profunda; creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben.
(Lucas 8:13)porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.
(Marcus 6:20)Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían.
(Hechos 8:13)Y aquél en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo;
(Mateo 13:20)El era la lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes estaban dispuestos a regocijarse por un tiempo en su luz.
(Juan 5:35)Y un escriba se acercó y Le dijo: "Maestro, Te seguiré adondequiera que vayas."
(Mateo 8:19)Cuando Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo, y arrodillándose delante de El, Le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?"
(Marcus 10:17)