Nueva Biblia Latinoamericana
Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. (Mateo 27:58)
Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, (Mateo 27:59)
y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. (Mateo 27:60)
María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
Al día siguiente, que es el día después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los Fariseos, (Mateo 27:62)
y le dijeron: "Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: 'Después de tres días resucitaré.' (Mateo 27:63)
Por eso, ordene usted que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan Sus discípulos, se Lo roben, y digan al pueblo: 'El ha resucitado de entre los muertos'; y el último engaño será peor que el primero." (Mateo 27:64)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 27:61":

Omar Soto
Cuando Jesús no se apura
En este artículo se habla sobre la historia de Lázaro y cómo Jesús tardó en ir a verlo después de que recibió la noticia de su muerte. Se destaca la importancia de tener fe en Dios y su poder para proveer en todas las situaciones de la vida, incluso en las más difíciles.


Dr. Roberto Miranda
Resurrección (Juan 11)
En este artículo se reflexiona sobre la importancia de la resurrección de Cristo y su impacto en nuestra vida actual. Se destaca la importancia de acudir a Jesús en tiempos de necesidad y tener una relación de intimidad con él en tiempos de normalidad. Además, se menciona la perspectiva divina en situaciones de crisis y se invita a los no cristianos a dar un paso de fe y recibir a Jesús como salvador.


Mateo 27:61 - Referencia Cruzada

Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. (Mateo 28:1)
Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. (Mateo 27:56)