Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos.
(Mateo 27:55)Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
(Mateo 27:56)Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús.
(Mateo 27:57)Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran.
Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino,
(Mateo 27:59)y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.
(Mateo 27:60)María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
(Mateo 27:61)Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 27:58":
Mateo 27:58 - Referencia Cruzada
Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto, y llamando al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.
(Marcus 15:44)Este fue a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús,
(Lucas 23:52)