Nueva Biblia Latinoamericana
Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: "Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras ." (Mateo 26:39)
Entonces vino Jesús a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: "¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? (Mateo 26:40)
Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil." (Mateo 26:41)
Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: "Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad."
Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. (Mateo 26:43)
Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras. (Mateo 26:44)
Entonces vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. (Mateo 26:45)

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Mateo 26:42 - Referencia Cruzada

Para el director del coro; sobre ajelet Hasahar. Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? (Salmos 22:1)
Para el director del coro; según "Los Lirios." Salmo de David. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas me han llegado hasta el alma. (Salmos 69:1)
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado. (Hebreos 4:15)
Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: "Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras ." (Mateo 26:39)
Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Para el director del coro; sobre Mahalat Leannot. Masquil de Hemán el Ezraíta. Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, De día y de noche he clamado delante de Ti. (Salmos 88:1)
El se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras. (Marcus 14:39)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
Y no escondas Tu rostro de Tu siervo, Porque estoy en angustia; respóndeme pronto. (Salmos 69:17)