El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad;
(Mateo 13:41)
y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.
(Mateo 13:42)
Entonces LOS JUSTOS RESPLANDECERAN COMO EL SOL en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.
(Mateo 13:43)
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas,
(Mateo 13:45)
y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
(Mateo 13:46)
El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase.
(Mateo 13:47)
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Mateo 13:44 - Referencia Cruzada
El que vive aislado busca su propio deseo, Contra todo consejo se encoleriza.
(Proverbios 18:1)
Entonces él se apresuró a descender y Lo recibió con gozo.
(Lucas 19:6)
Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
(Mateo 19:29)
¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría Cuando no tiene entendimiento?
(Proverbios 17:16)
Te aconsejo que de Mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos y que puedas ver.
(Apocalipsis 3:18)
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
(Colosenses 2:3)
Entonces Pedro Le respondió: "Mira, nosotros lo hemos dejado todo y Te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos?"
(Mateo 19:27)
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
(Hechos 4:32)
Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia (perseverancia) y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
(Romanos 15:4)
Jesús les contó otra parábola: "El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
(Mateo 13:24)
porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
(Mateo 6:21)
Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios.
(Colosenses 3:3)
Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro, Y adquirir inteligencia es preferible a la plata.
(Proverbios 16:16)
Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón,
(Hebreos 11:24)
Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;
(Hechos 2:44)
Jesús le respondió: "Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé Mi discípulo."
(Mateo 19:21)
Compra la verdad y no la vendas, Adquiere sabiduría, instrucción e inteligencia.
(Proverbios 23:23)
Pero al oír esto, se puso muy triste, pues era sumamente rico.
(Lucas 18:23)
Jesús les dijo: "Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed.
(Juan 6:35)
Da oído a la sabiduría, Inclina tu corazón al entendimiento.
(Proverbios 2:2)
Porque tuvieron compasión de los prisioneros y aceptaron con gozo el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesión.
(Hebreos 10:34)
sino como está escrito: "COSAS QUE OJO NO VIO, NI OIDO OYO, NI HAN ENTRADO AL CORAZON DEL HOMBRE, son LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LO AMAN."
(1 Corintios 2:9)
Todos los sedientos, vengan a las aguas; Y los que no tengan dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren vino y leche Sin dinero y sin costo alguno.
(Isaías 55:1)
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser Mi discípulo.
(Lucas 14:33)
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.
(Filipenses 3:7)