Nueva Biblia Latinoamericana
El les respondió: "Soy Hebreo, y temo al SEÑOR Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra." (Jonás 1:9)
Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: "¿Qué es esto que has hecho?" Porque ellos sabían que él huía de la presencia del SEÑOR, por lo que él les había declarado. (Jonás 1:10)
Ellos le preguntaron: "¿Qué haremos contigo para que el mar se calme alrededor nuestro?" Pues el mar se embravecía más y más. (Jonás 1:11)
Y él les respondió: "Tómenme y láncenme al mar, y el mar se calmará alrededor de ustedes, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre ustedes."
Los hombres se pusieron a remar con afán para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos. (Jonás 1:13)
Entonces invocaron al SEÑOR, y dijeron: "Te rogamos, oh SEÑOR, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque Tú, SEÑOR, has hecho como has deseado." (Jonás 1:14)
Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia. (Jonás 1:15)

Otras publicaciones relacionadas con "Jonás 1:12":

Dr. Roberto Miranda
¿Por qué dudaste?
El autor habla sobre la importancia de pasar por momentos difíciles y cómo la fe en Dios puede ayudarnos a superarlos. También se centra en la vida cristiana y cómo las pruebas y dificultades pueden llevar a una mayor madurez espiritual.


Dr. Roberto Miranda
¿Por qué te desesperas?
El autor reflexiona sobre los eventos de terrorismo en Boston y cómo el temor y la zozobra pueden paralizar a una ciudad entera. También habla sobre la importancia de confiar en Dios en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida, y cómo la historia de Jesús calmando la tormenta nos enseña a mantener nuestra posición establecida en Dios en medio de las pruebas.


Jonás 1:12 - Referencia Cruzada

ni tienen en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca." (Juan 11:50)
No pueden, pues, los Israelitas hacer frente a sus enemigos. Vuelven la espalda delante de sus enemigos porque se han convertido en anatema. No estaré más con ustedes a menos que destruyan las cosas dedicadas al anatema de en medio de ustedes. (Josué 7:12)
Y Acán respondió a Josué: "En verdad he pecado contra el SEÑOR, Dios de Israel, y esto es lo que he hecho. (Josué 7:20)
diciendo: 'No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; pero ahora, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.' (Hechos 27:24)
Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, Pero un solo pecador destruye mucho bien. (Eclesiastés 9:18)
Entonces David habló al SEÑOR, cuando vio al ángel que hería al pueblo, y dijo: "Yo soy el que ha pecado, y yo soy el que ha hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Te ruego que Tu mano caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre." (2 Samuel 24:17)
Y David dijo a Dios: "¿No soy yo el que ordenó enumerar al pueblo? Ciertamente yo soy el que ha pecado y obrado muy perversamente, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que Tu mano sea contra mí y contra la casa de mi padre, pero no contra Tu pueblo, para que no haya plaga entre ellos." (1 Crónicas 21:17)