Nueva Biblia Latinoamericana
Ustedes, ovejas Mías, son el rebaño de Mi prado, hombres son, y Yo soy su Dios," declara el Señor DIOS. (Ezequiel 34:31)
Y vino a mí la palabra del SEÑOR: (Ezequiel 35:1)
Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el Monte Seir, y profetiza contra él, (Ezequiel 35:2)
y dile: 'Así dice el Señor DIOS: "Yo estoy contra ti, Monte Seir, Extenderé Mi mano contra ti, Y te convertiré en desolación y en soledad.
Dejaré en ruinas tus ciudades, Y serás convertida en desolación; Y sabrás que Yo soy el SEÑOR. (Ezequiel 35:4)
Por cuanto tuviste enemistad perpetua y entregaste a los Israelitas al poder de la espada en el tiempo de su calamidad, en el tiempo del castigo final, (Ezequiel 35:5)
por tanto, vivo Yo," declara el Señor DIOS, "que a sangre te entregaré y la sangre te perseguirá. Ya que no has odiado el derramamiento de sangre, la sangre te perseguirá. (Ezequiel 35:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Ezequiel 35:3":

Dr. Roberto Miranda
Dios no ha terminado de tratar con los líderes de nuestras naciones
El Dr. Roberto Miranda habla sobre el papel de la iglesia en llamar a los líderes nacionales al arrepentimiento y al acercamiento a Dios a través del temor a Él y del poder profético.


Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Ezequiel 35:3 - Referencia Cruzada

por tanto, así dice el Señor DIOS: "Yo extenderé también Mi mano contra Edom y cortaré de ella hombres y animales y la dejaré en ruinas; desde Temán hasta Dedán caerán a espada. (Ezequiel 25:13)
Así que por todas sus moradas extenderé Mi mano contra ellos, y haré la tierra más desolada y devastada que el desierto hacia Diblat; y sabrán que Yo soy el SEÑOR."'" (Ezequiel 6:14)
Aquí estoy contra ti," declara el SEÑOR de los ejércitos. "Quemaré y reduciré a humo tus carros, la espada devorará tus leoncillos, arrancaré de la tierra tu presa, y no se oirá más la voz de tus mensajeros." (Nahúm 2:13)
Sus casas serán entregadas a otros, Junto con sus campos y sus mujeres; Porque extenderé Mi mano Contra los habitantes de esta tierra," declara el SEÑOR. (Jeremías 6:12)
Yo estoy contra ti, moradora del valle, Roca de la llanura," declara el SEÑOR, "Los que dicen: '¿Quién descenderá contra nosotros? ¿Quién entrará en nuestras moradas?' (Jeremías 21:13)
por eso, así dice el Señor DIOS: 'Yo, Yo mismo, estoy contra ti, y ejecutaré juicios en medio de ti a la vista de las naciones. (Ezequiel 5:8)
y dile a la tierra de Israel: 'Así dice el SEÑOR: "Yo estoy contra ti. Sacaré Mi espada de la vaina y cortaré de ti al justo y al impío. (Ezequiel 21:3)
por tanto, estoy contra ti y contra tus ríos, y haré de la tierra de Egipto una ruina completa, una desolación, desde Migdol hasta Sevene y hasta la frontera de Etiopía. (Ezequiel 29:10)
Tú Me has dejado," declara el SEÑOR, "Sigues retrocediendo. Extenderé, pues, Mi mano contra ti y te destruiré; Estoy cansado de compadecerme. (Jeremías 15:6)
Y serás oprobio, escarnio, advertencia y objeto de horror para las naciones que te rodean, cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones. Yo, el SEÑOR, he hablado. (Ezequiel 5:15)
Haré del Monte Seir un desierto y una desolación, y cortaré de él al que vaya y al que venga. (Ezequiel 35:7)
Yo estoy contra ti, monte destructor, Que destruyes toda la tierra," declara el SEÑOR. "Extenderé Mi mano contra ti, Te haré rodar desde las peñas Y te reduciré a monte quemado. (Jeremías 51:25)
Habla y di: 'Así dice el Señor DIOS: "Yo estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, El gran monstruo que yace en medio de sus ríos, Que ha dicho: 'Mío es el Nilo, Yo mismo me lo hice.' (Ezequiel 29:3)
Aquí estoy contra ti," declara el SEÑOR de los ejércitos. "Levantaré tus faldas sobre tu rostro, Y mostraré a las naciones tu desnudez Y a los reinos tu vergüenza. (Nahúm 3:5)