Pero fue arrancada con furor, Derribada a tierra, Y el viento del este secó su fruto; Su rama fuerte fue quebrada Y se secó; El fuego la consumió.
(Ezequiel 19:12)
Y ahora está plantada en el desierto, En una tierra árida y reseca.
(Ezequiel 19:13)
De su rama ha salido fuego, Que ha consumido sus pámpanos y su fruto, Y no queda en ella rama fuerte, Para cetro de gobernante.'" Esta es una elegía, y de elegía servirá.
(Ezequiel 19:14)
En el año séptimo, el día diez del mes quinto, vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí.
Y vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 20:2)
Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles: 'Así dice el Señor DIOS: "¿Vienen a consultarme? Vivo Yo, que no Me dejaré consultar por ustedes,"' declara el Señor DIOS.
(Ezequiel 20:3)
¿Los juzgarás? ¿Los juzgarás, hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres.
(Ezequiel 20:4)
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Ezequiel 20:1 - Referencia Cruzada
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver con usted? Vaya a los profetas de su padre y a los profetas de su madre." Y el rey de Israel le dijo: "No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab."
(2 Reyes 3:13)
Salió entonces la gente a ver qué había sucedido; y vinieron a Jesús, y encontraron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio, y se llenaron de temor.
(Lucas 8:35)
(En aquel día cinco del mes, en el año quinto del destierro del rey Joaquín,
(Ezequiel 1:2)
Yo soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios como todos ustedes lo son hoy.
(Hechos 22:3)
Después de tres días Lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
(Lucas 2:46)
Ella tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba Su palabra.
(Lucas 10:39)
En el año duodécimo, el mes duodécimo, el día primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 32:1)
Dijo entonces el Señor: "Por cuanto este pueblo se acerca a Mí con sus palabras Y Me honra con sus labios, Pero aleja de Mí su corazón, Y su veneración hacia Mí es sólo una tradición aprendida de memoria ,
(Isaías 29:13)
En el año once, el mes primero, el día siete del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 30:20)
Cuando llegó al rey, éste le dijo: "Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debemos desistir?" Y él le respondió: "Suba, y tendrá éxito, y el SEÑOR la entregará en manos del rey."
(1 Reyes 22:15)
Y sucedió en el año sexto, en el día cinco del mes sexto, que estando yo sentado en mi casa con los ancianos de Judá sentados ante mí, bajó allí sobre mí la mano del Señor DIOS.
(Ezequiel 8:1)
Con todo Me buscan día tras día y se deleitan en conocer Mis caminos, Como nación que hubiera hecho justicia, Y no hubiera abandonado la ley de su Dios. Me piden juicios justos, Se deleitan en la cercanía de Dios.
(Isaías 58:2)
Y los Fariseos enviaron algunos de sus discípulos junto con los partidarios de Herodes (Antipas), diciendo: "Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial.
(Mateo 22:16)
El rey Sedequías envió a sacarlo, y en su palacio el rey le preguntó secretamente, y le dijo: "¿Hay palabra del SEÑOR?" "La hay," respondió Jeremías. Y añadió: "En manos del rey de Babilonia será entregado."
(Jeremías 37:17)
En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.
(Ezequiel 40:1)
Y Jeroboam dijo a su mujer: "Levántate ahora y disfrázate para que no conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo, pues allí está el profeta Ahías, que dijo de mí que yo sería rey sobre este pueblo.
(1 Reyes 14:2)
En el año undécimo, el día primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 26:1)
En el año décimo, el mes décimo, a los doce días del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 29:1)
Y vino a mí la palabra del SEÑOR en el año noveno, el mes décimo, a los diez días del mes:
(Ezequiel 24:1)
En el año undécimo, el mes tercero, el día primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 31:1)
Pero en cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las entradas de las casas; hablan el uno al otro, cada cual a su hermano, diciendo: 'Vengan ahora, y oigan cual es la palabra que viene del SEÑOR.'
(Ezequiel 33:30)
Entonces vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mí.
(Ezequiel 14:1)
En el año veintisiete, el mes primero, el día primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR:
(Ezequiel 29:17)