Nueva Biblia Latinoamericana
Y me dijo: "Hijo de hombre, cava ahora en el muro." Cavé en el muro, y tenía una entrada. (Ezequiel 8:8)
Entonces me dijo: "Entra y mira las perversas abominaciones que ellos están cometiendo aquí." (Ezequiel 8:9)
Entré, pues, y miré; y vi grabados en el muro, por todo alrededor, toda clase de reptiles y bestias y cosas abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel. (Ezequiel 8:10)
Frente a ellos estaban de pie setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel. También Jaazanías, hijo de Safán, estaba de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso subía.
Entonces Dios me dijo: "Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: 'El SEÑOR no nos ve; el SEÑOR ha abandonado la tierra.'" (Ezequiel 8:12)
También me dijo: "Aún verás que cometen mayores abominaciones." (Ezequiel 8:13)
Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR que está al norte; y había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz. (Ezequiel 8:14)

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Ezequiel 8:11 - Referencia Cruzada

Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella. (2 Reyes 22:14)
Salió también fuego del SEÑOR y consumió a los 250 hombres que ofrecían el incienso. (Números 16:35)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo. (Números 11:16)
Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: "He hallado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." E Hilcías dio el libro a Safán, y éste lo leyó. (2 Reyes 22:8)
Oh SEÑOR, nuestra es la vergüenza del rostro, y de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra Ti. (Daniel 9:8)
Pero Uzías, con un incensario en su mano para quemar incienso, se llenó de ira; y mientras estaba enojado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del SEÑOR, junto al altar del incienso. (2 Crónicas 26:19)
Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacerlo más. (Números 11:25)
Entonces Dios dijo a Moisés: "Sube hacia el SEÑOR, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, y adorarán desde lejos. (Éxodo 24:1)
Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, estaba con Jeremías, de manera que no fue entregado en manos del pueblo para que le dieran muerte. (Jeremías 26:24)
Y subió Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; (Éxodo 24:9)
Entonces el rey ordenó a Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Micaía, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey: (2 Crónicas 34:20)
Y en cuanto al pueblo que quedó en la tierra de Judá, al que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dejado, puso sobre ellos a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán. (2 Reyes 25:22)
Me dirigiré a los grandes Y les hablaré, Porque ellos sí conocen el camino del SEÑOR Y las ordenanzas de su Dios." Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo Y roto las coyundas. (Jeremías 5:5)
La carta que fue enviada por mano de Elasa, hijo de Safán, y de Gemarías, hijo de Hilcías, a quienes Sedequías, rey de Judá, envió a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, decía: (Jeremías 29:3)
Y en el año dieciocho del rey Josías, el rey envió al escriba Safán, hijo de Azalía, de Mesulam, a la casa del SEÑOR, diciéndole: (2 Reyes 22:3)
Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey: (2 Reyes 22:12)
Pero cuando llegó a ser fuerte, su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al SEÑOR su Dios, pues entró al templo del SEÑOR para quemar incienso sobre el altar del incienso. (2 Crónicas 26:16)
Así dijo el SEÑOR: "Ve y compra una vasija de barro de un alfarero, y toma contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes. (Jeremías 19:1)
¿Robarán, matarán, cometerán adulterio, jurarán falsamente, ofrecerán sacrificios a Baal y andarán en pos de otros dioses que no habían conocido? (Jeremías 7:9)
Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías a oídos de todo el pueblo en la casa del SEÑOR, en la cámara de Gemarías, hijo del escriba Safán, en el atrio superior, a la entrada de la Puerta Nueva de la casa del SEÑOR. (Jeremías 36:10)
Cada uno de ustedes tome su incensario y ponga incienso en él, y cada uno de ustedes traiga su incensario delante del SEÑOR, 250 incensarios; tú también, y Aarón, cada uno traiga su incensario." (Números 16:17)