Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando el rey oyó las palabras del Libro de la Ley, rasgó sus vestidos. (2 Reyes 22:11)
Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey: (2 Reyes 22:12)
Vayan, consulten al SEÑOR por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, porque grande es la ira del SEÑOR que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no han escuchado las palabras de este libro, haciendo conforme a todo lo que está escrito de nosotros." (2 Reyes 22:13)
Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella.
Y ella les dijo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Digan al hombre que los ha enviado a mí: (2 Reyes 22:15)
Así dice el SEÑOR: "Voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, según todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá. (2 Reyes 22:16)
Por cuanto Me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses para provocarme a ira con toda la obra de sus manos, por tanto Mi ira arde contra este lugar y no se apagará."' (2 Reyes 22:17)

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2 Reyes 22:14 - Referencia Cruzada

Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas. (Éxodo 15:20)
Cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, (Lucas 1:41)
En aquel día," declara el SEÑOR "habrá gritos de auxilio desde la Puerta del Pescado, Y gemidos desde el segundo distrito, Y gran estruendo desde las colinas. (Sofonías 1:10)
Lo que dio el resto del pueblo fue 170 kilos de oro, 1,140 kilos de plata y 67 túnicas sacerdotales. (Nehemías 7:72)
Pues Yo te hice subir de la tierra de Egipto, Y de la casa de servidumbre te redimí, Y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a Miriam. (Miqueas 6:4)
Pero toda mujer que tiene la cabeza descubierta mientras ora o profetiza, deshonra su cabeza, porque se hace una con la que está rapada. (1 Corintios 11:5)
Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio, (Lucas 2:36)
Y dijo al que estaba encargado del vestuario: "Saca vestiduras para todos los adoradores de Baal." Y él les sacó vestiduras. (2 Reyes 10:22)
Entonces Hilcías fue con los que el rey había dicho a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto. (2 Crónicas 34:22)
Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo. (Jueces 4:4)
Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban. (Hechos 21:9)