Nueva Biblia Latinoamericana
Bueno es esperar en silencio La salvación del SEÑOR. (Lamentaciones 3:26)
Bueno es para el hombre llevar El yugo en su juventud. (Lamentaciones 3:27)
Que se siente solo y en silencio Ya que El se lo ha impuesto. (Lamentaciones 3:28)
Que ponga su boca en el polvo, Quizá haya esperanza;
Que dé la mejilla al que lo hiere; Que se sacie de oprobios. (Lamentaciones 3:30)
Porque el Señor no rechaza para siempre, (Lamentaciones 3:31)
Antes bien, si aflige, también se compadecerá Según Su gran misericordia. (Lamentaciones 3:32)

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Lamentaciones 3:29 - Referencia Cruzada

He sabido de Ti sólo de oídas, Pero ahora mis ojos Te ven. (Job 42:5)
¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamos." (Jonás 3:9)
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 'Dios, ten piedad de mí, pecador.' (Lucas 18:13)
Cuando estaba en angustia, Manasés imploró al SEÑOR su Dios, y se humilló grandemente delante del Dios de sus padres. (2 Crónicas 33:12)
para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho," declara el Señor DIOS. (Ezequiel 16:63)
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; (Lucas 15:18)
Yo soy insignificante; ¿qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre la boca. (Job 40:4)
¿Quién sabe si reconsidere y se apiade, Y deje tras sí bendición, Es decir, ofrenda de cereal y libación Para el SEÑOR su Dios? (Joel 2:14)
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. (Romanos 3:19)
Y hay esperanza para tu porvenir," declara el SEÑOR, "los hijos volverán a su territorio. (Jeremías 31:17)
Busquen al SEÑOR, Todos ustedes, humildes de la tierra Que han cumplido Sus preceptos; Busquen la justicia, busquen la humildad. Quizá serán protegidos El día de la ira del SEÑOR. (Sofonías 2:3)