Nueva Biblia Latinoamericana
No teman al rey de Babilonia, a quien temen; no le teman,' declara el SEÑOR, 'porque Yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su mano. (Jeremías 42:11)
También tendré compasión de ustedes, para que él les tenga compasión y los restaure a la tierra de ustedes. (Jeremías 42:12)
Pero si dicen: "No nos quedaremos en esta tierra," no obedeciendo así la voz del SEÑOR su Dios, (Jeremías 42:13)
y dicen: "No, sino que iremos a la tierra de Egipto, donde no veremos guerra, ni oiremos el sonido de la trompeta, ni tendremos hambre de pan, y allí nos quedaremos";
en este caso, oigan la palabra del SEÑOR, remanente de Judá. Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: "Si se obstinan en entrar en Egipto, y entran para residir allí, (Jeremías 42:15)
entonces sucederá que la espada que ustedes temen, los alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre que les preocupa, les seguirá de cerca allí en Egipto, y allí morirán. (Jeremías 42:16)
Así pues, todos los hombres que se obstinen en ir a Egipto para residir allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia. No les quedará sobreviviente ni quien escape del mal que voy a traer sobre ellos."'" (Jeremías 42:17)

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Jeremías 42:14 - Referencia Cruzada

y entraron en la tierra de Egipto (pues no escucharon la voz del SEÑOR) y llegaron hasta Tafnes. (Jeremías 43:7)
Y fueron y se quedaron en Gerut Quimam, que está junto a Belén (Casa del Pan), a fin de ir y entrar en Egipto, (Jeremías 41:17)
¿No es suficiente que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel para que muramos en el desierto, sino que también quieras enseñorearte sobre nosotros? (Números 16:13)
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, Y confían en los carros porque son muchos, Y en los jinetes porque son muy fuertes, Pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR. (Isaías 31:1)
El populacho que estaba entre ellos tenía un deseo insaciable; y también los Israelitas volvieron a llorar, y dijeron: "¿Quién nos dará carne para comer? (Números 11:4)
Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá, diciendo: 'Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón, a fin de destruir la tierra regada junto con la seca.' (Deuteronomio 29:19)
Pero el pueblo tuvo sed allí, y murmuró el pueblo contra Moisés, y dijo: "¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?" (Éxodo 17:3)
¿Hasta cuándo he de ver la bandera Y he de oír el sonido de la trompeta? (Jeremías 4:21)
Los Israelitas les decían: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos. Pues nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud." (Éxodo 16:3)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
Y dijeron: "No, porque huiremos a caballo." Por tanto, huirán. Y: "Sobre corceles veloces cabalgaremos." Por tanto, serán veloces los que los persigan. (Isaías 30:16)