Nueva Biblia Latinoamericana
A todos tus pastores arrasará el viento, Y tus amantes irán al cautiverio; Entonces ciertamente serás avergonzada y humillada A causa de toda tu maldad. (Jeremías 22:22)
Tú que moras en el Líbano, Anidada en los cedros, ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, Dolores como de mujer de parto! (Jeremías 22:23)
Vivo Yo," declara el SEÑOR, "aunque Conías, hijo de Joacim, rey de Judá, fuera un anillo en Mi mano derecha, aun de allí lo arrancaría. (Jeremías 22:24)
Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, sí, en manos de los que temes: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los Caldeos.
Te arrojaré a ti y a la madre que te dio a luz a otro país donde no nacieron, y allí morirán. (Jeremías 22:26)
Pero a la tierra a la cual con toda el alma anhelan volver, a ella no volverán. (Jeremías 22:27)
¿Es acaso este hombre Conías una vasija despreciada y rota? ¿Es un objeto indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes Y echados a una tierra que no conocían? (Jeremías 22:28)

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Jeremías 22:25 - Referencia Cruzada

Lo que el impío teme vendrá sobre él, Y el deseo de los justos será concedido. (Proverbios 10:24)
Pero el rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías: "Vive el SEÑOR, que nos dio esta vida, que ciertamente no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que buscan tu vida." (Jeremías 38:16)
Y después," declara el SEÑOR, "a Sedequías, rey de Judá, a sus siervos, al pueblo y a los que sobrevivan en esta ciudad de la pestilencia, de la espada y del hambre, los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada. No los perdonará ni les tendrá piedad ni compasión."' (Jeremías 21:7)
También se llevó a Joaquín en cautiverio a Babilonia. Asimismo se llevo en cautiverio de Jerusalén a Babilonia a la madre del rey y a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos del país. (2 Reyes 24:15)
A ellos los entregaré en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan su vida. Sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra. (Jeremías 34:20)
¿Es acaso este hombre Conías una vasija despreciada y rota? ¿Es un objeto indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes Y echados a una tierra que no conocían? (Jeremías 22:28)