Nueva Biblia Latinoamericana
También el pueblo a quien profetizan estará tirado por las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada. No habrá quien los entierre a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas, pues derramaré sobre ellos su maldad. (Jeremías 14:16)
Tú les dirás esta palabra: 'Que viertan lágrimas mis ojos noche y día, Sin cesar, Porque con gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, De una herida muy dolorosa. (Jeremías 14:17)
Si salgo al campo, Veo muertos a espada; Y si entro en la ciudad, Hay enfermedades por el hambre. Porque tanto el profeta como el sacerdote Andan errantes en una tierra que no conocen.'" (Jeremías 14:18)
¿Has desechado por completo a Judá, O ha aborrecido Tu alma a Sion? ¿Por qué nos has herido sin que haya curación para nosotros? Esperábamos paz, pero no vino ningún bien; Tiempo de curación, pero sobrevino terror.
Reconocemos, oh SEÑOR, nuestra impiedad, La iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti. (Jeremías 14:20)
No nos desprecies, por amor a Tu nombre, No deshonres el trono de Tu gloria; Acuérdate, no anules Tu pacto con nosotros. (Jeremías 14:21)
¿Hay entre los ídolos (las vanidades) de las naciones alguien que haga llover? ¿O pueden los cielos solos dar lluvia? ¿No eres Tú, oh SEÑOR, nuestro Dios? En Ti, pues, esperamos, Porque Tú has hecho todas estas cosas. (Jeremías 14:22)

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Jeremías 14:19 - Referencia Cruzada

Mi heredad vino a ser para Mí Como león en la selva; Rugió contra Mí; Por tanto, la aborrecí. (Jeremías 12:8)
A no ser que nos hayas desechado totalmente, Y estés enojado en gran manera contra nosotros. (Lamentaciones 5:22)
Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra Su pueblo, y ya no hubo remedio. (2 Crónicas 36:16)
Cuando esperaba yo el bien, vino el mal, Cuando esperaba la luz, vino la oscuridad. (Job 30:26)
que cuando estén diciendo: "Paz y seguridad," entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. (1 Tesalonicenses 5:3)
¿Por qué has derribado sus vallados, De modo que la vendimian todos los que pasan de camino? (Salmos 80:12)
Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a Su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy Israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. (Romanos 11:1)
Esperábamos paz, pero no vino ningún bien; Tiempo de curación, pero sobrevino terror. (Jeremías 8:15)
¿Por qué es mi dolor perpetuo Y mi herida incurable, que rehúsa sanar? ¿Serás en verdad para mí como corriente engañosa, Como aguas en las que no se puede confiar? (Jeremías 15:18)
No hay quien defienda tu causa; No hay cura para tu llaga, No hay mejoría para ti. (Jeremías 30:13)
Entonces el SEÑOR me dijo: "Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante Mí, Mi corazón no estaría con este pueblo. Echalos de Mi presencia, y que se vayan. (Jeremías 15:1)
Destruí a los tres pastores en un mes, pues mi alma se impacientó con ellos y su alma también se cansó de mí. (Zacarías 11:8)
Al oírlo Dios, se indignó, Y aborreció a Israel en gran manera. (Salmos 78:59)
Pero Tú lo has rechazado y desechado, Contra Tu ungido Te has enfurecido. (Salmos 89:38)
Córtate el cabello y tíralo, Y entona una endecha en las alturas desoladas; Porque el SEÑOR ha desechado y abandonado A la generación objeto de Su furor.' (Jeremías 7:29)
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No médico hay allí? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo? (Jeremías 8:22)
Tampoco Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había introducido. (2 Reyes 17:19)
¿Cómo he de amonestarte? ¿A qué te compararé, Hija de Jerusalén? ¿A qué te igualaré al consolarte, Virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu ruina; ¿Quién te podrá sanar? (Lamentaciones 2:13)
Aun nuestros ojos desfallecían, Buscar ayuda fue inútil. En nuestro velar hemos aguardado A una nación incapaz de salvar. (Lamentaciones 4:17)
Los llaman plata de deshecho, Porque el SEÑOR los ha desechado. (Jeremías 6:30)