Nueva Biblia Latinoamericana
Y vieron que eran muchas las brechas En la muralla de la ciudad de David, Y recogieron las aguas del estanque inferior. (Isaías 22:9)
Entonces contaron las casas de Jerusalén, Y derribaron casas para fortificar la muralla. (Isaías 22:10)
Hicieron un depósito entre las dos murallas Para las aguas del estanque viejo. Pero ustedes no confiaron en Aquel que lo hizo, Ni consideraron al que hace mucho tiempo lo planeó. (Isaías 22:11)
Por eso aquel día, el Señor, DIOS de los ejércitos, los llamó a llanto y a lamento, A raparse la cabeza y a vestirse de cilicio.
Sin embargo hay gozo y alegría, Matanza de bueyes y degüello de ovejas. Comiendo carne y bebiendo vino, dicen: 'Comamos y bebamos, que mañana moriremos.' (Isaías 22:13)
Pero el SEÑOR de los ejércitos me reveló al oído: "Ciertamente esta iniquidad no les será perdonada Hasta que mueran," dice el Señor, DIOS de los ejércitos. (Isaías 22:14)
Así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: "Anda, ve a ese mayordomo, A Sebna, que está encargado de la casa real, y dile: (Isaías 22:15)

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Isaías 22:12 - Referencia Cruzada

Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel. También están escritas en las Lamentaciones. (2 Crónicas 35:25)
Cuando oí de este asunto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito. (Esdras 9:3)
Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones. (Santiago 4:8)
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote y escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren." Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. (Nehemías 8:9)
Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, Y escuchaste su clamor junto al Mar Rojo. (Nehemías 9:9)
Entre el pórtico y el altar, Lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, Y digan: "Perdona, oh SEÑOR, a Tu pueblo, Y no entregues Tu heredad al oprobio, A la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: 'Dónde está su Dios?'" (Joel 2:17)
Arráncate los cabellos y aféitate Por los hijos de tus delicias; Ensancha tu calva como la del buitre, Porque irán al cautiverio lejos de ti. (Miqueas 1:16)
¡Oigan ahora, ricos! Lloren y aúllen por las miserias que vienen sobre ustedes. (Santiago 5:1)
Tiempo de llorar, y tiempo de reír; Tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; (Eclesiastés 3:4)
El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11)
Entonces cambiaré sus fiestas en llanto Y todos sus cantos en lamento. Pondré cilicio sobre todo lomo Y calvicie sobre toda cabeza. Haré que sea como duelo por hijo único, Y su fin, como día de amargura. (Amós 8:10)
Cíñanse de cilicio , Y laméntense, sacerdotes; Giman, ministros del altar. Vengan, pasen la noche ceñidos de cilicio, Ministros de mi Dios, Porque sin ofrenda de cereal y sin libación Ha quedado la casa de su Dios. (Joel 1:13)
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, (Job 1:20)
Han subido al templo y a Dibón, a los lugares altos a llorar. Sobre Nebo y sobre Medeba gime Moab; En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, rasurada. (Isaías 15:2)
Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. (Jonás 3:6)