Nueva Biblia Latinoamericana
Y el SEÑOR cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al Mar Rojo. Ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. (Éxodo 10:19)
Pero el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los Israelitas. (Éxodo 10:20)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan tocarse." (Éxodo 10:21)
Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días.
No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los Israelitas tenían luz en sus moradas. (Éxodo 10:23)
Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: "Vayan, sirvan al SEÑOR. Sólo que sus ovejas y sus vacas queden aquí. Aun sus pequeños pueden ir con ustedes." (Éxodo 10:24)
Pero Moisés contestó: "Tú también tienes que darnos sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios. (Éxodo 10:25)

Otras publicaciones relacionadas con "Éxodo 10:22":

Claudio Yeme
Obediencia, intercesión y confianza en Dios
El autor habla sobre las armas espirituales que todo creyente tiene a su alcance para luchar en el espíritu y enfatiza la importancia de la obediencia a la palabra de Dios, el poder de la oración de intercesión y la confianza que el creyente puede tener en la palabra de Dios. Utiliza la historia de Moisés y la salida de Israel de Egipto como ejemplo para enseñar 3 verdades.


Dr. Roberto Miranda
Buena semilla, pero mala tierra
El Capítulo 13 de Números relata la historia de los hebreos que se preparan para entrar en la Tierra Prometida, pero la primera generación de hebreos no pudo entrar debido a su incredulidad y falta de fe. Solo Caleb y Josué, quienes le creyeron a Dios, alcanzaron la bendición. Este artículo nos exhorta a convertirnos en tierra fértil para recibir las semillas de bendición que Dios quiere plantar en nosotros.


Éxodo 10:22 - Referencia Cruzada

Pues el que forma los montes, crea el viento Y declara al hombre cuáles son Sus pensamientos, El que del alba hace tinieblas Y camina sobre las alturas de la tierra: El SEÑOR, Dios de los ejércitos, es Su nombre. (Amós 4:13)
El pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios. (Éxodo 20:21)
Ustedes se acercaron, pues, y permanecieron al pie del monte, y el monte ardía en fuego hasta el mismo cielo: oscuridad, nube y densas tinieblas. (Deuteronomio 4:11)
Estas palabras habló el SEÑOR a toda la asamblea de ustedes en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas con una gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dio. (Deuteronomio 5:22)
Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera, Pero ellos no atendieron a Sus palabras. (Salmos 105:28)
El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible. (Joel 2:31)
Día de tinieblas y densas sombras, Día nublado y de densa oscuridad. Como la aurora sobre los montes, se extiende Un pueblo grande y poderoso; Nunca ha habido nada semejante a él, Ni tampoco lo habrá después Por años de muchas generaciones. (Joel 2:2)
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino se quedó en tinieblas; y todos se mordían la lengua de dolor. (Apocalipsis 16:10)