Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos, a sus racimos.
(Cantares 7:7)Yo dije: 'Subiré a la palmera, Tomaré sus frutos.' ¡Sean tus pechos como racimos de la vid, El perfume de tu aliento como manzanas,
(Cantares 7:8)Y tu paladar como el mejor vino!" "Entra suavemente el vino en mi amado, Como fluye por los labios de los que se duermen.
(Cantares 7:9)Yo soy de mi amado, Y para mí es todo su deseo.
Ven, amado mío, salgamos al campo, Pasemos la noche en las aldeas.
(Cantares 7:11)Levantémonos temprano y vayamos a las viñas; Veamos si la vid ha brotado, Si se han abierto sus flores, Y si han florecido los granados. Allí te entregaré mi amor.
(Cantares 7:12)Las mandrágoras han exhalado su fragancia, Y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas, Tanto nuevas como añejas, Que he guardado para ti, amado mío.
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Cantares 7:10 - Referencia Cruzada
El SEÑOR favorece a los que Le temen, A los que esperan en Su misericordia.
(Salmos 147:11)¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?
(1 Corintios 6:19)Porque esta noche estuvo en mi presencia un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
(Hechos 27:23)Entonces el Rey deseará tu hermosura; Inclínate ante El, porque El es tu señor.
(Salmos 45:11)Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta su rebaño entre los lirios.
(Cantares 2:16)Tu cabeza se eleva como el Monte Carmelo, Y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura; El rey se ha cautivado de tus trenzas.
(Cantares 7:5)Yo soy de mi amado y mi amado es mío, El apacienta su rebaño entre los lirios."
(Cantares 6:3)Tú llamarás, y yo Te responderé; Anhelarás la obra de Tus manos.
(Job 14:15)Padre, quiero que los que Me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que Me has dado; porque Me has amado desde antes de la fundación del mundo.
(Juan 17:24)Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)