Nueva Biblia Latinoamericana
¡Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres! Tus ojos son como palomas detrás de tu velo; Tu cabellera, como rebaño de cabras Que descienden del Monte Galaad. (Cantares 4:1)
Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas Que suben del lavadero, Todas tienen mellizas, Y ninguna de ellas ha perdido su cría. (Cantares 4:2)
Tus labios son como hilo de escarlata, Y tu boca, encantadora. Tus mejillas, como mitades de granada Detrás de tu velo. (Cantares 4:3)
Tu cuello, como la torre de David Edificada con hileras de piedras; Miles de escudos cuelgan de ella, Todos escudos de los valientes.
Tus dos pechos, como dos crías, Mellizas de una gacela Que pacen entre los lirios. (Cantares 4:5)
Antes de que sople la brisa del día Y huyan las sombras, Me iré al monte de la mirra Y al collado del incienso. (Cantares 4:6)
Toda tú eres hermosa, amada mía, Y no hay defecto en ti. (Cantares 4:7)

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Cantares 4:4 - Referencia Cruzada

pero no asiéndose a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con un crecimiento que es de Dios. (Colosenses 2:19)
Tu cuello, como torre de marfil, Tus ojos, como los estanques en Hesbón Junto a la Puerta de Bat Rabim; Tu nariz, como la torre del Líbano Que mira hacia Damasco. (Cantares 7:4)
Oh montes de Gilboa, No haya sobre ustedes rocío ni lluvia, ni campos de ofrendas; Porque allí fue deshonrado el escudo de los valientes, El escudo de Saúl, no ungido con aceite. (2 Samuel 1:21)
Y junto a él Ezer, hijo de Jesúa, oficial de Mizpa, reparó otra sección, enfrente de la subida al arsenal del Angulo. (Nehemías 3:19)
El es torre de salvación a Su rey, Y muestra misericordia a Su ungido, A David y a su descendencia para siempre." (2 Samuel 22:51)
El rey Salomón hizo 200 escudos grandes de oro batido, usando 600 siclos (6.84 kilos) de oro batido en cada escudo. (2 Crónicas 9:15)
Hermosas son tus mejillas entre los adornos, Tu cuello entre los collares." (Cantares 1:10)
Mediante la fe ustedes son protegidos (guardados) por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. (1 Pedro 1:5)
Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros del palacio del rey. De todo se apoderó; se llevó hasta los escudos de oro que había hecho Salomón. (2 Crónicas 12:9)
Los Persas, los de Lud y los de Fut eran tus hombres de guerra en tu ejército. Colgaban en ti el escudo y el casco, manifestaban tu esplendor. (Ezequiel 27:10)
Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquél que es la cabeza, es decir, Cristo, (Efesios 4:15)