Mira, sólo esto he hallado: Que Dios hizo rectos a los hombres, Pero ellos se buscaron muchas artimañas."
(Eclesiastés 7:29)¿Quién es como el sabio? ¿Y quién otro sabe la explicación de un asunto? La sabiduría del hombre ilumina su rostro Y hace que la dureza de su rostro cambie.
(Eclesiastés 8:1)Yo digo: "Guarda el mandato del rey por causa del juramento de Dios.
(Eclesiastés 8:2)No te apresures a irte de su presencia. No te unas a una causa impía, porque él hará todo lo que le plazca."
Puesto que la palabra del rey es soberana, ¿quién le dirá: "Qué haces?"
(Eclesiastés 8:4)El que guarda el mandato real no experimenta ningún mal; Porque el corazón del sabio conoce el tiempo y el modo de hacerlo.
(Eclesiastés 8:5)Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, Aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.
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Eclesiastés 8:3 - Referencia Cruzada
El gallo, que se pasea erguido, asimismo el macho cabrío, Y el rey cuando tiene el ejército con él.
(Proverbios 30:31)En cuanto al mensaje que nos has hablado en el nombre del SEÑOR, no vamos a escucharte,
(Jeremías 44:16)El lento para la ira tiene gran prudencia, Pero el que es irascible ensalza la necedad.
(Proverbios 14:29)El furor del rey es como mensajero de muerte, Pero el hombre sabio lo aplacará.
(Proverbios 16:14)Y ella dijo: "Que se dé a Abisag la Sunamita por mujer a tu hermano Adonías."
(1 Reyes 2:21)Por cuanto sé que eres obstinado, Que tu cuello es tendón de hiero Y tu frente de bronce,
(Isaías 48:4)Y a causa de la grandeza que El le concedió, todos los pueblos, naciones y lenguas temían y temblaban delante de él. A quien quería, mataba, y a quien quería, dejaba con vida; exaltaba a quien quería, y a quien quería humillaba.
(Daniel 5:19)Adonías tuvo miedo de Salomón, y se levantó, se fue y se agarró de los cuernos del altar.
(1 Reyes 1:50)Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, Mas El actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo Y entre los habitantes de la tierra. Nadie puede detener Su mano, Ni decirle: '¿Qué has hecho?'
(Daniel 4:35)Y Pedro le preguntó: "Dime, ¿vendieron el terreno en tal precio?" "Sí, ése fue el precio," dijo ella.
(Hechos 5:8)Si la ira del gobernante se levanta contra ti, No abandones tu puesto, Porque la serenidad suaviza grandes ofensas.
(Eclesiastés 10:4)