Nueva Biblia Latinoamericana
Aun he visto más bajo el sol: Que en el lugar del derecho está la impiedad, Y en el lugar de la justicia está la iniquidad. (Eclesiastés 3:16)
Yo me dije: "Al justo como al impío juzgará Dios," Porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra. (Eclesiastés 3:17)
Me dije también en cuanto a los hijos de los hombres: "Ciertamente Dios los ha probado para que vean que son como los animales." (Eclesiastés 3:18)
Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento de vida; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad.
Todos van a un mismo lugar. Todos han salido del polvo Y todos vuelven al polvo. (Eclesiastés 3:20)
¿Quién sabe si el aliento de vida del hombre asciende hacia arriba y el aliento de vida del animal desciende hacia abajo, a la tierra? (Eclesiastés 3:21)
He visto que no hay nada mejor para el hombre que gozarse en sus obras, porque ésa es su suerte. Porque ¿quién le hará ver lo que ha de suceder después de él? (Eclesiastés 3:22)

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Eclesiastés 3:19 - Referencia Cruzada

Pero el hombre muere y yace inerte. El hombre expira, ¿y dónde está? (Job 14:10)
Por tanto me desesperé en gran manera por todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol. (Eclesiastés 2:20)
Escondes Tu rostro, se turban; Les quitas el aliento, expiran, Y vuelven al polvo. (Salmos 104:29)
Pero el hombre, en su vanagloria, no permanecerá; Es como las bestias que perecen. (Salmos 49:12)
El sabio tiene ojos en su cabeza, Pero el necio anda en tinieblas. Aunque yo sé también que ambos corren la misma suerte. (Eclesiastés 2:14)
El hombre en su vanagloria, pero sin entendimiento, Es como las bestias que perecen. (Salmos 49:20)
Porque no hay memoria duradera del sabio ni del necio, ya que todos serán olvidados en los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!" (Eclesiastés 2:16)
Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:5)
Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de él. (2 Samuel 14:14)
El hombre torpe no tiene conocimiento, Y el necio no entiende esto: (Salmos 92:6)
Recuerda cuán breve es mi vida; ¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres! (Salmos 89:47)