Nueva Biblia Latinoamericana
Bueno eres Tú, y bienhechor; Enséñame Tus estatutos. (Salmos 119:68)
Los soberbios han forjado mentira contra mí, Pero de todo corazón guardaré Tus preceptos. (Salmos 119:69)
Su corazón está cubierto de grasa, Pero yo me deleito en Tu ley. (Salmos 119:70)
Bueno es para mí ser afligido, Para que aprenda Tus estatutos.
Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares de monedas de oro y de plata. (Salmos 119:72)
Yod. Tus manos me hicieron y me formaron; Dame entendimiento para que aprenda Tus mandamientos. (Salmos 119:73)
Que los que Te temen, me vean y se alegren, Porque espero en Tu palabra. (Salmos 119:74)

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Salmos 119:71 - Referencia Cruzada

Bienaventurado el hombre a quien reprendes, SEÑOR, Y lo instruyes en Tu ley; (Salmos 94:12)
Antes que fuera afligido, yo me descarrié, Pero ahora guardo Tu palabra. (Salmos 119:67)
Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad. (Hebreos 12:10)
Así pues, con esto la iniquidad de Jacob será perdonada, Y éste será todo el fruto del perdón de su pecado: Cuando haga todas las piedras del altar como piedras de cal pulverizadas; Cuando no estén en pie las Aseras y los altares de incienso. (Isaías 27:9)
Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo. (1 Corintios 11:32)