Nueva Biblia Latinoamericana
Mis rodillas están débiles por el ayuno, Y mi carne sin gordura ha enflaquecido. (Salmos 109:24)
Me he convertido también en objeto de oprobio para ellos; Cuando me ven, menean la cabeza. (Salmos 109:25)
Ayúdame, SEÑOR, Dios mío, Sálvame conforme a Tu misericordia; (Salmos 109:26)
Y que sepan que ésta es Tu mano, Que Tú, SEÑOR, lo has hecho.
Maldigan ellos, pero Tú bendice; Cuando se levanten, serán avergonzados, Pero Tu siervo se alegrará. (Salmos 109:28)
Sean vestidos de oprobio mis acusadores, Y cúbranse con su propia vergüenza como con un manto. (Salmos 109:29)
Con mi boca daré abundantes gracias al SEÑOR, Y en medio de la multitud Lo alabaré. (Salmos 109:30)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 109:27":

Dr. Roberto Miranda
Espera al Señor pacientemente
Aprende a esperar pacientemente en Dios y mantener tu fe y confianza en Él, a pesar de las pruebas y dificultades que enfrentes. Sé fiel a Él y otros verán tu testimonio y confiarán en Dios.


Dr. Roberto Miranda
La oración cambia destinos
El pastor Roberto Miranda habla sobre la importancia de la oración y el ayuno en nuestra vida espiritual y cómo pueden cambiar nuestro destino. También exhorta a la congregación a buscar la presencia de Dios y a renovar su compromiso con los fundamentos de la fe.


Salmos 109:27 - Referencia Cruzada

Y a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde , el profeta Elías se acercó y dijo: "Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que Tú eres Dios en Israel, que yo soy Tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra Tuya. (1 Reyes 18:36)
Y Moisés dijo: "En esto conocerán que el SEÑOR me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es iniciativa mía. (Números 16:28)
¿Qué haremos con estos hombres?" decían. "Porque el hecho de que un milagro (una señal) notable ha sido realizado por medio de ellos es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo. (Hechos 4:16)
El sella la mano de todo hombre, Para que todos conozcan Su obra. (Job 37:7)
Entonces nuestra boca se llenó de risa, Y nuestra lengua de gritos de alegría; Entonces dijeron entre las naciones: "Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con ellos." (Salmos 126:2)
El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los Filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, (1 Samuel 17:46)
Entonces los magos (sacerdotes adivinos) dijeron a Faraón: "Este es el dedo de Dios." Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. (Éxodo 8:19)
Levántate, SEÑOR, sal a su encuentro, derríbalo; Con Tu espada libra mi alma del impío. (Salmos 17:13)
Vuelven su lengua tropezadero contra sí mismos; Todos los que los vean moverán la cabeza. (Salmos 64:8)
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. (Hechos 2:32)