¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en Ti, En cuyo corazón están los caminos a Sion !
(Salmos 84:5)
Pasando por el Valle de Baca (de Lágrimas) lo convierten en manantial, También las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones.
(Salmos 84:6)
Van de poder en poder, Cada uno de ellos comparece ante Dios en Sion.
(Salmos 84:7)
¡Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob! (Selah)
Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y contempla el rostro de Tu ungido.
(Salmos 84:9)
Porque mejor es un día en Tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios Que morar en las tiendas de impiedad.
(Salmos 84:10)
Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; Gracia y gloria da el SEÑOR; Nada bueno niega a los que andan en integridad.
(Salmos 84:11)
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Tú, SEÑOR, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para castigar a todas las naciones; No tengas piedad de ningún malvado traidor. (Selah)
(Salmos 59:5)