Nueva Biblia Latinoamericana
Llena está mi boca de Tu alabanza Y de Tu gloria todo el día. (Salmos 71:8)
No me rechaces en el tiempo de la vejez; No me desampares cuando me falten las fuerzas. (Salmos 71:9)
Porque mis enemigos han hablado de mí; Y los que acechan mi vida han consultado entre sí, (Salmos 71:10)
Diciendo: "Dios lo ha desamparado; Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libre."
Oh Dios, no estés lejos de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme. (Salmos 71:12)
Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma; Sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal. (Salmos 71:13)
Pero yo esperaré continuamente, Y aún Te alabaré más y más. (Salmos 71:14)

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Salmos 71:11 - Referencia Cruzada

¿No saben lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de estas tierras? ¿Pudieron los dioses de las naciones de las tierras librar su tierra de mi mano? (2 Crónicas 32:13)
Muchos dicen de mi: "Para él no hay salvación en Dios." (Selah) (Salmos 3:2)
Entiendan ahora esto ustedes, los que se olvidan de Dios, No sea que los despedace, y no haya quien los libre. (Salmos 50:22)
Pero los otros dijeron: "Deja, veamos si Elías Lo viene a salvar." (Mateo 27:49)
Porque el SEÑOR ama la justicia, Y no abandona a Sus santos; Ellos son preservados para siempre, Pero la descendencia de los impíos será exterminada. (Salmos 37:28)
¿Están dispuestos ahora, para que cuando oigan el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postren y adoren la estatua que he hecho? Porque si no la adoran, inmediatamente serán echados en un horno de fuego ardiente. ¿Y qué dios será el que los libre de mis manos?" (Daniel 3:15)
No sea que alguno desgarre mi vida como león, Y me despedace sin que haya quien me libre. (Salmos 7:2)
Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, Mientras me dicen todo el día: "¿Dónde está tu Dios?" (Salmos 42:10)
Yo fui joven, y ya soy viejo, Y no he visto al justo desamparado, Ni a su descendencia mendigando pan. (Salmos 37:25)
Todos los que me odian murmuran a una contra mí; Traman hacerme daño, diciendo: (Salmos 41:7)
A otros salvó; a El mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El. (Mateo 27:42)
Y alrededor de la hora novena (3 p.m.), Jesús exclamó a gran voz, diciendo: "ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI?" Esto es: "DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?" (Mateo 27:46)