Nueva Biblia Latinoamericana
¿Acaso no han dicho los hombres de mi tienda: '¿Quién puede hallar a alguien que no se haya saciado con su carne?' (Job 31:31)
El extranjero no pasa la noche afuera, Porque al viajero he abierto mis puertas. (Job 31:32)
¿Acaso he cubierto mis transgresiones como Adán, Ocultando en mi seno mi iniquidad, (Job 31:33)
Porque temí a la gran multitud, O el desprecio de las familias me aterró, Y guardé silencio y no salí de mi puerta?
¡Quién me diera que alguien me oyera! Aquí está mi firma. ¡Que me responda el Todopoderoso! Y la acusación que ha escrito mi adversario, (Job 31:35)
Ciertamente yo la llevaría sobre mi hombro, Y me la pondría como una corona. (Job 31:36)
Del número de mis pasos yo Le daría cuenta, Como a un príncipe me acercaría a El. (Job 31:37)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 31:34":

Omar Soto
Radiografía del corazón (parte 2)
El pastor habla sobre cómo Jesús puede ver los pensamientos y motivaciones de las personas en su corazón y ofrece soluciones a través de la gracia de Dios para enfrentar la vergüenza y la culpa por el pecado.


Brandt Gillespie
David grita
El Salmo 51 es un relato sobre el arrepentimiento de David y el perdón divino.


Job 31:34 - Referencia Cruzada

Todos los siervos del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que vaya al rey en el atrio interior, sin ser llamado, él tiene una sola ley, que se le dé muerte, a menos que el rey le extienda el cetro de oro para que viva. Y yo no he sido llamada para ir al rey por estos treinta días." (Ester 4:11)
Por tanto, ya que imponen fuertes impuestos sobre el pobre Y exigen de él tributo de grano, Las casas de piedra labrada que han edificado, No las habitarán; Han plantado viñas escogidas, pero no beberán su vino. (Amós 5:11)
Aun uno de los hijos de Joiada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el Horonita, y lo eché de mi lado. (Nehemías 13:28)
El nombre del hombre de Israel que fue muerto con la Madianita era Zimri, hijo de Salu, jefe de una casa paterna de Simeón. (Números 25:14)
Se rebeló mi corazón dentro de mí, y reprendí a los nobles y a los oficiales y les dije: "Ustedes están cobrando en exceso cada uno a su hermano." Por tanto congregué contra ellos una gran asamblea. (Nehemías 5:7)
Pero el rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías: "Vive el SEÑOR, que nos dio esta vida, que ciertamente no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que buscan tu vida." (Jeremías 38:16)
No seguirás a la multitud para hacer el mal, ni testificarás en un pleito inclinándote a la multitud para pervertir la justicia . (Éxodo 23:2)
Que no hace acepción de príncipes, Ni considera al rico sobre el pobre, Ya que todos son obra de Sus manos? (Job 34:19)
El temor al hombre es un lazo, Pero el que confía en el SEÑOR estará seguro. (Proverbios 29:25)
Y él les dijo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasen y repasen por el campamento de puerta en puerta, y maten cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino.'" (Éxodo 32:27)
Libra a los que son llevados a la muerte, Y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza. (Proverbios 24:11)
Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. (Mateo 27:20)
Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los aposentos de la casa de nuestro Dios, y que era pariente de Tobías, (Nehemías 13:4)
De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne. Aunque hemos conocido a Cristo según la carne, sin embargo, ahora ya no Lo conocemos así. (2 Corintios 5:16)
Entonces dijeron los oficiales al rey: "Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras. Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal." (Jeremías 38:4)
Pero la tierra es del poderoso, Y el privilegiado mora en ella. (Job 22:8)
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y también el juez, una recompensa, El grande habla de lo que desea su alma, Y juntos lo traman. (Miqueas 7:3)
Entonces el rey Sedequías respondió a Jeremías: "Tengo temor de los Judíos que se han pasado a los Caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me maltraten." (Jeremías 38:19)
Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los Judíos, pero tú y la casa de tu padre perecerán. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?" (Ester 4:14)